El Gobierno griego inició el fin de semana una gira europea para convencer de que Europa es la primera interesada en aflojar la presión presupuestaria que la asfixia.
El nuevo gobierno del izquierdista Alexis Tsipras, que también está de gira, pretende ganar apoyos para reestructurar la colosal deuda griega, US$340 mil millones (175% de su PIB), pero sus socios de la Eurozona, con Alemania al frente, se niegan.
En Chipre, Tsipras exhortó a Europa a que tome “decisiones valientes” porque no sólo Grecia y Chipre -que también tuvo que ser rescatado el pasado año a causa de sus bancos- sino toda “Europa está en crisis”. Tsipras atacó de nuevo a la ‘troika’ de acreedores de Grecia -Comisión Europea, Benco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI)- y su posición de predominio en el plan de rescate de su país sería un avance “maduro y necesario para Europa”. La Comisión Europea se mostró favorable a una evolución de la ‘troika’, que cristaliza el rencor griego, pero sin buscar sustituto.
El ministro de Finanzas británico George Osborne considera que “el enfrentamiento entre Grecia y la eurozona es el mayor riesgo para la economía mundial y es una amenaza creciente para nuestra economía”. “Pido al ministro griego que actúe con responsabilidad, pero es también importante que la eurozona tenga un plan mejor para el crecimiento y el empleo”, aseguró.
El Reino Unido no pertenece a la eurozona, aunque sí a la Unión Europea (UE), pero una fuente del gobierno griego interpretó favorablemente las palabras de Osborne.
Varoufakis visitó Londres como parte de una gira europea que le llevó antes a París, este martes a Roma, donde se encontrará con Tsipras y luego tienen cita en Berlín y Francfort (sede del BCE) en fecha indeterminada.
Grecia quiere un debate sobre la deuda para “todos los pueblos de Europa”, dijo Tsipras, que recibió de buen grado las palabras del mandatario estadounidense, Barack Obama, en una entrevista en la televisión CNN. El presidente estadounidense afirmó que Grecia tiene “una terrible necesidad” de reformas, pero dijo que “es muy difícil emprender cambios cuando el nivel de vida de la gente cayó un 25%”.
El PIB griego se contrajo en alrededor de 25% entre 2009 y comienzos del 2014, antes de volver a crecer en el segundo y el tercer trimestre del año pasado tras años de recesión. “No me esperaba que se expresaran tantas grandes potencias para apoyar nuestro intento de crear un nuevo marco”, se congratuló Tsipras en Nicosia.
– España también se opone –
Grecia no quiere nuevos créditos de sus principales acreedores -Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea- hasta que se reestructure la deuda ya existente y pide una cumbre europea para abordar el problema.
Los dirigentes griegos buscan tranquilizar después de que los valores de los bancos griegos perdieran un cuarto de su valor en un solo día en la Bolsa de Atenas.
“Estaremos en condiciones de pagar la deuda griega de manera que no tenga efectos negativos para los titulares privados de obligaciones”, aseguró el portavoz de Varoufakis. El ministro pidió el domingo en París hasta finales de febrero para presentar “propuestas detalladas”.
El ministro querría negociar luego un acuerdo sobre la deuda que podría conducir a “un nuevo contrato para Grecia y todas las naciones (europeas) de aquí a finales de mayo”. También evocó en The Financial Times “un programa de intercambio de deudas” que incluya obligaciones indexadas sobre el crecimiento.
En París, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, se declaró en contra de una quita parcial, aunque dijo que podrían realizarse algunos “arreglos”.
Tsipras evocará este tema en Roma con su homólogo italiano, Matteo Renzi, que ya ha dicho que quiere desplazar la discusión “de la austeridad del rigor al crecimiento y la inversión”. Varoufakis se reunirá, por su parte, con su colega italiano, Carlo Padoan.
Los partidarios del rigor, sobre todo Alemania, se inquietan de cualquier desviación de las medidas estrictas definidas por la ‘troika’ para impedir una quiebra griega. La canciller alemana, Angela Merkel, descartó cualquier idea de quita de la deuda, en su mayoría en poder de Estados europeos.
Tampoco España quiere oír hablar de ello. “Entrar en Europa es voluntario y estamos en el club para cumplir las reglas del club”, declaró Cristobal Montoro, ministro de Hacienda del gobierno del conservador Mariano Rajoy.
El mundo económico y financiero observa con una mezcla de interés y aprensión estas negociaciones por sus posibles repercusiones en una eurozona considerada vulnerable.
Según un estudio publicado este martes, las medidas de austeridad adoptadas en junio del 2011 en Grecia para responder a la crisis de la deuda pública han conllevado un aumento de un tercio de los suicidios en el país,