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Utilizando la estrategia “dos cirujanos, cuatro manos”, el abordaje permite enfrentar una amplia gama de condiciones complejas de la base del cráneo.
Al igual que con cualquier baile, el truco es no pisar los dedos del pie de la otra persona. El neurocirujano y otorrinolaringólogo deben trabajar conjuntamente; cada uno tomando la delantera durante las diferentes fases del procedimiento. Esto no solo requiere coordinación física, sino una filosofía común y la comprensión del concepto del procedimiento.
A simple vista el otorrinolaringólogo toma la delantera introduciendo el endoscopio a través de una fosa nasal y los instrumentos quirúrgicos a través de la otra. Debido a que el interior de la nariz y los senos paranasales se componen en gran parte de aire, esta “cirugía mínimamente invasiva” es mínimamente perjudicial a las estructuras normales, y no se requiere ninguna incisión en la piel.
La ventaja principal de utilizar un paso natural para acceder al cerebro en esta forma es que ya no tenemos que infligir tanto daño al cráneo con grandes incisiones y craneotomías externas. Como resultado, los pacientes sufren menos dolor postoperatorio y no tienen cicatrices externas. También se espera una recuperación más fácil y una estancia hospitalaria más corta.
Otra ventaja es la mayor visibilidad. Debido a que la fuente de luz se encuentra localizada en la punta del endoscopio, los cirujanos pueden visualizar áreas significativamente más amplias del campo quirúrgico. También son capaces de mirar en las esquinas de las zonas que antes estaban ocultas a la vista.
Por último, este abordaje permite al equipo lograr una extirpación del tumor más completa, dado que muchos de estos tumores benignos también involucran el hueso de la base del cráneo. El quirófano en el que se lleva a cabo estos procedimientos está equipado con la tecnología y el equipo más avanzado disponible.
Además del sistema de neuronavegación, el equipo de nuestro quirófano incluye dispositivos de aspiración ultrasónicos, microdebridadores, fresas especializadas, y una gran variedad de instrumentos recién diseñados especialmente para la cirugía de los senos paranasales y la base del cráneo.
Aunque no todos los problemas de base del cráneo pueden o deben ser tratados endoscópicamente, el uso de abordajes endoscópicos se ha vuelto un elemento esencial para proporcionar el más alto nivel de servicio quirúrgico de base del cráneo. Nuestra incursión en la cirugía mínimamente invasiva de la base del cráneo promete ser productiva tanto clínica como académicamente.
No solo se benefician nuestros pacientes, sino que también lo hacen nuestros residentes y “fellows” de otorrinolaringología y neurocirugía, quienes están aprendiendo estas técnicas. Las ventajas para el sistema de salud son significativas ya que se utilizan menos recursos y las estancias en la unidad de cuidado intensivo (si hay necesidad) son más cortas.