No obstante que López Obrador asegura que la interceptación de los migrantes obedece a motivos de seguridad para los propios viajantes, y que la política de su gobierno en materia migratoria no ha variado, el mandatario reconoció que “no queremos pelearnos con el gobierno de Estados Unidos”.
Un día después, este miércoles, el presidente de EE. UU., Donald Trump, volvió a la carga y recriminó a México que no hace los esfuerzos suficientes para detener el flujo de migrantes, al tiempo que cientos, principalmente centroamericanos, se dirige a la frontera sur de EE. UU. y que se conoce de al menos dos mil 900 que en la frontera entre Panamá y Colombia están dispuestos a iniciar la travesía.
Y, aunque López Obrador asegura que su país no responde a las presiones de EE. UU., analistas creen que, de hecho, ya lo hace, y que el endurecimiento de las políticas migratorias en México se verá reflejado en un aumento de las deportaciones en las próximas semanas y meses, después de que estas, incluso, habían disminuido.
Del 1 de enero del 2019 al 9 de abril pasado, el Instituto Nacional de Migración de Guatemala (INM) reportó que 25 mil 896 centroamericanos habían sido deportados desde México, de los cuales ocho mil 963 fueron guatemaltecos.
Mientras que de enero a abril del año pasado hubo 33 mil 27 retornos, siete mil 131 menos en 2019, aunque las cifras están hasta el 9 de abril y quedan pendientes 21 días de este mes.
La directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales de la universidad Rafael Landívar, Úrsula Roldán, expuso consideró “normal” la disminución de las deportaciones desde México, porque suele suceder cuando hay un cambio de gobierno en el vecino país, sobre todo cuando la administración de López Obrador tiene una tendencia de tipo social.
No obstante, Roldán precisó que en el corto plazo México terminará cediendo ante las presiones de EE. UU. ya que el mismo López Obrador reconoció que no pueden pelear con su vecino del norte. Esto augura, según la experta, que se endurecerán las políticas migratorias lo cual se verá reflejado en un incremento de las deportaciones.
Roldán consideró que las medidas migratorias serán más drásticas y prueba de ello es la detención solo en un día de un grupo de 367 migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños.
Redada en hotel
Un día después de la detención de los 367 migrantes en Chiapas, un grupo de 86 indocumentados fue detenido durante una redada en distintos hoteles de la ciudad de Tapachula.
La operación llevada a cabo por agentes migratorios y policías federales tuvo lugar por una denuncia anónima que alertó de la presencia de un “número significativo de extranjeros indocumentados”, en un hotel de la ciudad, dijo una fuente que pidió anonimato.
Agregó que los migrantes detenidos son cubanos, dominicanos y centroamericanos.
Migrantes cubanos que se encuentran varados en la localidad señalaron que por la mañana vehículos de agentes migratorios se estacionaron en las afueras de los hoteles del centro donde se encuentran alojados a fin de detenerlos, pero al notar la presencia de la autoridad lograron huir.
“Todo fue muy rápido, logré tomar mi mochila y salir, lo único que pensaba era en huir”, dijo Erniel Pérez, uno de los cubanos que alertó a sus paisanos sobre la redada policiaca.
Negociaciones
El excanciller Edgar Gutiérrez coincidió en que las presiones del gobierno de EE. UU. hacia México, si bien, siempre han existido, pero se han intensificado durante la era de Trump; sin embargo, atribuyó la intensificación de los operativos a algún “fallo” en la mesa de negociación que desde el año pasado aborda la migración irregular en la cual participa EE. UU. y los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
“Las redadas tendrían que ver con alguna falla desajuste o desacuerdo en el mecanismo de regularización migratoria que propuso México. El propósito de este mecanismo es regularizar las migraciones siempre y cuando sea una migración ordenada y documentada”, indicó Gutiérrez, quien añadió que es responsabilidad de la Cancillería resolver el problema cuando estos afectan a los migrantes guatemaltecos.
Añadió que hay muchos mecanismos, como moratorias, que la Cancillería puede solicitar para evitar este tipo de detenciones o redadas ya que las regularizaciones no se logran de la noche a la mañana. “México, hasta ahora, estaba con la voluntad de dar treguas y ayudar a la regularización y estas redadas están indicando que algo fracasó en esa mesa”, añadió Gutiérrez.
Visita de subsecretaria
En el marco de la crisis migratoria que en la frontera sur de EE. UU. la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, Kimberly Breier, visitó El Salvador y Honduras, entre lunes y mares para buscar soluciones a los problemas que provocan la migración irregular hacia su país; sin embargo, la funcionaria estadounidense obvio Guatemala, pese a que es el país de donde más menores y familias han migrado.
La diplomática estadounidense se reunió con funcionarios de esos países de los ministerios de Justicia y Seguridad, de la Policía, Migración y Relaciones Exteriores.
Para Gutiérrez, el que Breier no haya visitado Guatemala puede ser considerado “un bochorno”.
“A mí me hizo recordad cuando el vicepresidente Joe Biden visitó Guatemala y se negó a reunirse con Roxana Baldetti, eso es un mensaje, un símbolo del enfriamiento de las relaciones bilaterales”, precisó Gutiérrez,
Agregó que “si yo fuera funcionario del gobierno diría que es un mensaje, un símbolo muy preocupante”.
Sin embargo, el presidente Jimmy Morales restó importancia a que Breier no viniera al país y aseguró que El Salvador y Honduras tratan de emular las acciones que se han llevado en Guatemala.
El presidente dijo que el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart y viceministros, viajaron hace tres semanas a EE. UU. dónde se presentó un plan que involucra a agencias de investigación y agencias de seguridad de ese país para que se puedan ampliar los nexos de cooperación entre los dos países.
“Podemos decir que nosotros vamos adelantados con el tema porque ellos quieren emular lo que nosotros ya tenemos”, subrayó el gobernante.
Huyen de su país
Desde octubre, miles de migrantes, mayoritariamente centroamericanos, recorren México en multitudinarias caravanas con la esperanza de llegar a Estados Unidos y escapar de la violencia y la pobreza.
Trump considera este éxodo una amenaza para la seguridad nacional y exige a México que los detenga, como parte de un duro discurso contra la inmigración irregular que fue el eje de su campaña electoral para ser elegido y que ha determinado muchas decisiones de su gobierno.
En su empeño por cumplir con su promesa electoral de levantar un muro en la frontera, a finales de 2018 Trump sostuvo una dura pugna con el Congreso, que se negaba a darle los fondos.
Tras más de un mes de parálisis presupuestaria, con una enquistada crisis política, Trump cedió pero justo después declaró una emergencia nacional para sortear al Congreso.
Después de que su declaración de emergencia fuera censurada en el Congreso tanto por la Cámara, controlada por los demócratas, como en el Senado -donde los republicanos, que son mayoría, votaron alineados con la oposición- Trump se vio obligado a usar por primera vez el veto presidencial para avanzar con su iniciativa del muro.
El gobierno mexicano informó el martes que ha registrado un aumento “insólito” del número de indocumentados que pasan por su territorio, con unos 300 mil migrantes en los últimos tres meses.
A principios de mes, la patrulla fronteriza estadounidense informó que en marzo 103 mil 472 personas fueron detenidas cuando intentaban cruzar irregularmente la frontera desde México.
Contenido relacionado
> Migrante guatemalteco que permanece en Tijuana narra historia de de sobreviviencia
> ¿Van pandilleros o no en la reciente caravana que partió de Honduras?
> Más de 100 mil familias y menores no acompañados han sido detenidos en la frontera sur de EE. UU.