LIBERAL SIN NEO
Preguntas para el siglo 21
La educación es un factor clave para la continua evolución de la libertad en la sociedad, una lucha épica para nuestra especie. Si la libertad ha de sobrevivir en la sociedad humana, tendrá que evolucionar, adaptarse y mutar para detener, trascender y vencer nuevos e inesperados retos, intencionados o no.
¿Cuál es el pronóstico para el camino que tomará la educación durante este siglo, si se mantienen las tendencias actuales? Es razonable pensar que si con creciente intensidad la sociedad percibe, entiende y practica la idea de que el Gobierno es el principal proveedor y administrador de la educación, el poder de los gobiernos probablemente aumentará, a expensas de la libertad en las sociedades. Las actitudes, valores, metas y prácticas de las instituciones y organizaciones educativas serán un factor determinante.
¿En el año 2100 se iniciará la educación con un “chip” implantado al nacer, o en el momento de la concepción, o incluso antes? Pensándolo bien, dentro de ochenta y cinco años, la tecnología estará más allá del chip, pero no me atrevo a aventurar qué formas habrán tomado la bioingeniería y la transmisión de conocimiento. En el contexto de la educación, ¿cuál será el estado de la tecnología de clonación? ¿Cuál podría ser el significado de la libertad individual?
Quizás la educación formal se parecerá más al concepto de cultivo en las ciencias naturales. De ser así, ¿quién decidirá qué educación se “siembra” o implanta en los hijos; los padres o el Estado? ¿Estará prohibida la enseñanza, publicación o transmisión “independiente”? ¿Qué será de la religión: Buda, Yahvé, Jesús y Mahoma? Han hecho más que sobrevivir a través de los siglos, incluso, han esculpido el paisaje de la historia y hoy están en el centro de una contienda de civilizaciones.
¿Qué será de Aristóteles, Santo Tomás, Locke, Hume, Smith y Ortega y Gasset? ¿Estarán en las bibliotecas? ¿Quién decidirá qué está en las bibliotecas, cualquiera que sea su forma? ¿Se enseñará ética o quedará biológicamente proscrito el libre albedrío? ¿Cómo podría la libertad sobrevivir al gobierno mundial, religión mundial y educación mundial? Podemos imaginar que a un siglo de hoy, el mercado habrá producido la fusión evolucionada de Apple-Intel-Samsung-Walmart-Google-Facebook de la educación, donde 90% de la población mundial es procesada por la misma plataforma educativa, dirigida por un Estado a lo chino. ¿Será que los niños no verán televisión, sino que la televisión verá a los niños? ¿Será tolerada la diversidad y la desigualdad?
El carácter del camino determinará el destino. Como sintetiza Rothbard en Educación: gratuita y obligatoria (1974), “el asunto clave en esta discusión es sencillamente este: ¿serán los padres o el Estado el supervisor y agente del niño? La pregunta es: ¿bajo la guía y virtual “propiedad” de quién deben estar los hijos, la de sus padres o la del Estado?”.
Benegas Lynch (2006) defiende el principio de que la libertad en la educación es moral, justa e inspiradora, mientras que su control por parte del Estado no lo es. La progresión de la humanidad hacia la libertad no puede verse como un camino irrevocable, un resultado evolutivo ineludible dictado por la naturaleza, un destino inevitable. Es un camino de descubrimiento, que requiere liderazgo, vigilancia, participación y, sobre todo, educación. ¿Cómo podría ser la educación hoy para tener una sociedad libre al final del siglo 21?
Estas son algunas preguntas que me planteo al reflexionar sobre la libertad y la educación en el siglo 21.
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