La enfermedad venosa —várices, hemorroides y trombosis, entre otras— ocurre cuando las válvulas en las venas están dañadas o ausentes, lo que provoca la acumulación de la sangre. Otra causa es la obstrucción en una vena raíz o un coágulo que puede convertirse en un trombo —coágulo que bloquea el flujo sanguíneo—.
Si este coágulo se desprende y viaja por el torrente sanguíneo se denomina émbolo, el cual, dependiendo de la parte del cuerpo donde se aloje, produce embolia arterial, pulmonar o cerebral.
Los médicos René Stricker, Alejandro Menes y José Mérida, de la Asociación Guatemalteca de Flebología (AGF), explicaron en El Consultorio, de www.prensalibre.com, que la insuficiencia venosa es común en la población adulta, sobre todo en mujeres.
Los factores de riesgo son edad —más de 45 años—, mala alimentación, pasar mucho tiempo de pie y sedentarismo. En mujeres, también haber tenido varios partos.
Signos y alertas
El flebólogo René Stricker dice que es importante prestar atención a los cambios en las venas.
“No es normal que una vena de la pierna esté evidente marcada, provoque molestias, pesadez, cansancio, calambres nocturnos o hinchazón. Si se ven estos síntomas, la persona debe acudir con especialista, ya que es una afección que progresa”, enfatizó Stricker.
Etapas
Uno de los problemas más comunes que afectan las venas son las várices. “Existen cuatro etapas. En la primera se notan las venas de un color violáceo y en ocasiones tienen forma estrellada —como arañas—”, explicó Mérida.
En el grado dos son más visibles y ocurren los primeros síntomas de pesadez, calambres, hormigueo, picor y calor. En la fase tres, estas se dilatan más y las molestias aumentan, pues la hinchazón es mayor y cambia de color la piel. “En la última etapa se convierten en úlceras y se infectan con facilidad”, dijo.
Por ello, es importante que las várices no sean vistas como un problema estético, sino como señal de que la circulación sanguínea no es la ideal.
Avance
Según los integrantes de la AGF, las afecciones venosas no solo se dan en las piernas, sino aparecen del ombligo hacia abajo. Por eso existen algunas patologías urinarias que se asocian a la insuficiencia venosa.
Menes descubrió que el síndrome de vejiga dolorosa o cistitis intersticial —problema crónico de la vejiga que causa dolor y visitas frecuentes al baño— está r elacionado con la insuficiencia venosa.
“El abdomen, el útero, la vejiga, la parte baja de la medula espinal y el recto se conectan con las venas y por ende con las várices de las piernas, pero con un patrón particular. Esta patología se puede tratar igual que se hace con las várices —mediante la cirugía—”, agregó Menes.
El tratamiento consiste en destapar la vena que obstruye el área. Este procedimiento es mínimamente invasivo. En la actualidad más de 58 pacientes se han sometido a este método y han obtenido resultados positivos.
Cifras
- 40 por ciento de la población adulta tiene enfermedad venosa.
- 18 por ciento de la cifra anterior necesitará cirugía.
- 6 por ciento tiene avanzada la insuficiencia venosacrónica.
- 2 por ciento llega a una fase final comoúlceras en el tobillo.