En otra ciudad del noreste sirio, Hasakeh, escenario de duros combates entre yihadistas y tropas gubernamentales, un atentado con un coche bomba dejó 20 muertos en las filas del ejército.
La tensión seguía reinando el viernes en Kobane, situada cerca de la frontera con Turquía, ya que los yihadistas se habían atrincherado en edificios y utilizaban a civiles como escudos humanos, indicaron militantes y el OSDH.
“Hay al menos 70 civiles tomados como rehenes”, dijo Mostafa Ali, periodista local originario de la ciudad que se encontraba en los alrededores. Los combatientes kurdos “rodean los inmuebles pero no se atreven a disparar para no poner en peligro la vida de los civiles”, afirmó.
El grupo EI lanzó el jueves un ataque sorpresa con tres atentados suicidas en esta ciudad kurdosiria, de la que había sido expulsado en enero, en el primer revés sufrido por los yihadistas desde que comenzara su expansión por Siria.
Este nuevo ataque es, según los analistas, una “venganza” y una maniobra de distracción por parte de los extremistas, que han sufrido una serie de derrotas estos últimos días a manos de las Unidades de protección del pueblo kurdo (YPG) en el norte de Siria.
“Según fuentes médicas y habitantes, 120 civiles fueron ejecutados por EI en sus hogares o murieron por ataques de cohetes y de francotiradores”, dijo el director del OSDH, Rami Abdel Rahman, quien acusó al grupo yihadista de haber perpetrado una de sus “peores masacres” en Siria.
A ello se añaden 26 civiles ejecutados el jueves en un pueblo cerca de Kobane, según el OSDH, que dispone de una amplia red de informadores en Siria.
Vinieron para matar
“Cuando entraron en la ciudad, los yihadistas tomaron posiciones en los edificios en las entradas sureste y suroeste y dispararon contra cualquier cosa que se moviera. Entraron en la ciudad con la intención de matar”, señaló Abdel Rahman.
“Hay cuerpos de civiles, incluidas mujeres y niños, que fueron encontrados en las casas, muchos otros en las calles”, precisó.
“Los yihadistas saben que no pueden quedarse y controlar la ciudad frente a las numerosas fuerzas kurdas. Vinieron sólo para matar y golpear la moral de los kurdos”, agregó.
Un militante kurdo, Arin Sheikhmos, acusó también al EI de haber perpetrado “una masacre”, y aseguró que “cada familia de Kobane perdió a uno de sus miembros el jueves”.
Según el OSDH, centenares de civiles han abandonado la ciudad tras el ataque del EI, un grupo acusado por la ONU de crímenes contra la Humanidad, y que ocupa también parte del territorio del vecino Irak.
Las fuerzas de defensa kurdas (YPG) prohibieron a los habitantes que salieran a las calles debido a la presencia de francotiradores emboscados del EI, según Abdel Rahman.
En enero, con la ayuda de bombardeos aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Estados Unidos, las YPG habían expulsado al grupo Estado islámico de Kobane tras cuatro meses de combates.
Por otra parte, según la Oficina de coordinación humanitaria de la ONU (OCHA) , los enfrentamientos en Hasakeh han provocado el desplazamiento de unas 60.000 personas. Antes de la guerra, Hasakeh tenía una población de unas 300.000 personas.