Oído al zapear
Seguramente mis lectores saben que el término “zapeo” es el cambio continuo de canales de televisión por medio del control remoto.
Titivillus, el diablillo medieval cazador de gazapos que se invita a almorzar en mi casa cuando le viene en gana, me dijo entre bocado y bocado de ancas de rana y de una langosta que él mismo trajo —tiene gustos refinados— que en estos días de crisis política se ha dedicado a ver constantemente qué acontece en la telenovela nacional y practica el zapeo para enterarse de más noticias. Así, zapeando, ha pescado una cantidad de gazapos considerable, tanta que ya casi no caben en sus costales. Le recordé a mi amigo diablillo que el término “zapeo” hizo su formal ingreso al DRAE en 2001, porque al entonces príncipe Felipe le gustaba practicarlo, y como soy muy criticona le comenté que al último DRAE, de la RAE y la ASALE, del 2014, se le escapó un gazapo al registrar el término “antejuicio” tan de moda en Guatemala en estos últimos tiempos, como algo extinto, que se practicaba en el pasado, cuando en verdad en nuestro país y algún otro sigue vigente, tan vigente que ahora se habla de por lo menos media docena de antejuicios.
—¡Caramba! —exclamó Titivillus— ese sí es un gazafatón de los gordos y lo peor es que ha quedado registrado para la historia, pero déjame contarte el disparate que escuché de boca de una linda chica reportera: nada más ni nada menos dijo que se había interpuesto un recurso de “habeas corpus” (exhibición personal) ¡en contra! de una exfuncionaria. Cualquiera sabe que el dicho recurso es siempre a favor de la persona por quien se interpone, jamás en contra. —Sí, cualquiera lo sabe, menos la chica que daba la noticia—. Te quiero comentar también que escuché la discusión de un cotarro de politólogos sobre si correspondería presentar una petición a la Procuraduría de los Derechos Humanos para que no permita los bloqueos que impiden la libre locomoción, un derecho natural, humano. Unos decían que la Procuraduría actúa solamente cuando hay agresión o falta por parte del gobierno contra una persona ajena a este y que como los grupos que impiden el paso no pertenecen a ninguna autoridad gubernativa, el caso se debe llevar a un juzgado como delito común. ¿Tú qué opinas?-—Cuando lo estudié —le respondí— era solo si el problema era con el gobierno, pero no sé si hayan podido cambiar eso, y si no lo han hecho ya deberían hacerlo.
Bien —me dijo mi amigo— después de engullir las ancas de rana y la langosta, rociadas con un delicioso vino blanco— tengo que marcharme, pero no sin comentarte que sigo escuchando a muchas personas “ilustradas” que continúan hablando de que el siglo XX se terminó en 1999. No solo no saben contar, sino ignoran que todos los años finiseculares terminan en cero y que por disposición de Gregorio XIII únicamente aquellos divisibles por cuatrocientos son bisiestos. Hay que regalarles ábacos.