Además, le siguen la pista a un grupo de menores que a simple vista laboran por su cuenta lustrando zapatos, pero que podrían pertenecen a un red que les ofrece hospedaje y alimento a cambio de cuotas que deben entregar al final del día.
Harold Flores, procurador de la Niñez y Adolescencia, indicó que muchos menores soportan las condiciones inhumanas en que viven en la capital por la necesidad económica de sus familias y porque mantienen la esperanza de encontrar otra oportunidad.
Flores dijo que los menores son “contratados” con el consentimiento de sus padres, quienes son engañados con el pretexto de que sus hijos van a la capital a laborar en puestos dignos y que les permitirán estudiar. A los padres les ofrecen que a cambio de prestar a sus hijos ganarán Q100 semanales.
“Los menores están bajo ciertas condiciones porque se prestan los hijos y el responsable dispone de él para explotarlo”, refirió el funcionario.
Agregó que un 85 por ciento de las víctimas rescatadas no vuelven a ese tipo de labores; sin embargo, el resto cae de nuevo en los engaños de estructuras que los esclavizan.
Se mueven de lugar
Investigadores sobre trata de personas exponen que se ha dificultado la captura e individualización de los involucrados, debido a que se movilizan constantemente de lugar y no pernoctan en el mismo sitio que las víctimas.
Reiteraron que durante el operativo que se realizó en el mercado La Terminal, zona 4, no se capturó a nadie a pesar de que el operativo se hizo desde horas de la madrugada.
Historia de dos niños
Las evidencias encontradas en el caso de La Terminal fueron contundentes, refieren investigadores que participaron en el operativo, debido a los escenarios que pudieron observar.
Fueron varias ocasiones en que a las 3.30 de la madrugada desde un hotel de La Terminal los policías encubiertos observaron cómo un niño de 8 años, acompañado de otro de unos 12, salían y caminaban por la línea férrea. Los menores se situaban en la 35 o 40 calles de la calzada Atanasio Tzul, donde pedían limosna. A eso de las 18.30 horas emprendían su regreso al hotel.
Investigadores indican que no siempre eran los mismos menores, pero la modalidad era igual: enviar a uno más pequeño acompañado de uno más grande.
Luego de haber rescatado a los menores se comprobó que muchos tenían signos de desnutrición, por lo que fueron enviados a diferentes hospitales para su evaluación. Entre los niños había integrantes de por lo menos tres grupos familiares.