Fútbol Internacional

Hoy hace 45 años se jugó el famoso “Partido del Siglo”, entre Italia y Alemania

El 17 de junio de 1970 el estadio Azteca de México fue el escenario de 120 minutos de un duelo intenso por el resultado, el que terminó en favor del once italiano 4-3 ante los alemanes.

Y eso porque se ponderó que por única vez en la historia de los Mundiales un partido tuvo cinco goles en el tiempo suplementario, aunque en este caso, por tratarse de una semifinal entre dos grandes históricos con futbolistas de gran calidad de la época, se alcanzaron niveles extraordinarios de expectación.

Alemania vio frustrada sus aspiraciones por segunda vez consecutiva, toda vez que en la final del Mundial de Inglaterra (1966).

Alemania vio frustrada sus aspiraciones por segunda vez consecutiva, toda vez que en la final del Mundial de Inglaterra (1966).

Los 90 minutos terminaron 1-1 y se esperó un desenlace conmovedor, puesto que Roberto Boninsegna abrió el marcador a los 8 minutos del primer tiempo, pero en tiempo añadido, en la última jugada, el lateral Karl-Heinz Schnellinger fue a buscar un centro rasante que cruzaba delante del arco italiano y consumó su único gol en 47 juegos internacionales con la camiseta de Alemania.

Dramático

Después llegarían cinco goles más: a los cuatro minutos del tiempo extra marcó Gerd Müller, a los ocho empató el defensor Tarsicio Burgnich y a los 14; volvió a desequilibrar Luigi Riva, pero otro tanto de Müller, a los 20 alargó un suspenso que un minuto después sellaría Gianni Rivera, El Bambino de Oro, con un 4-3 que llevó a Italia a una final que también ocupa un lugar de privilegio: conducido por un Pelé en clave estelar Brasil goleó por 4-1 y desde entonces se lo consideró el mejor equipo de la historia del fútbol.

En el llamado “Partido del Siglo XX”, Italia jugó así: Albertosi, Burgnich y Facchetti; Cera, Bertini y Rosato (Poletti); Domenghini, De Sisti, Boninsegna, Mazzola (Rivera) y Riva. El técnico era Ferruccio Valcareggi.

Alemania: Maier, Patzke (Held) y Schnellinger; Vogts, Beckenbauer y Schultz; Grabowsky, Seeler, Müller, Overath y Lohr (Libuda). El entrenador fue Helmut Schoen.

Arbitro fue el peruano Arturo Yamasaki Maldonado y asistieron 102 mil 444 espectadores.

En la semifinal en cuestión, Alemania vio frustrada sus aspiraciones por segunda vez consecutiva, toda vez que en la final del Mundial de Inglaterra (1966) había perdido 4-2 en tiempo suplementario, con el representativo local, pero cuatro después, ya en condición de país organizador, se cobraría desquite al derrotar 2-1 en la final a la célebre ‘Naranja Mecánica’ de la Holanda del magnífico Johan Cruyff.

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