Así, Estados Unidos busca ayudar a los iraquíes a recuperar el control de la ciudad de Ramadi, capital de esa provincia y en manos de los yihadistas desde mediados de mayo.
Según la Casa Blanca, este nuevo esfuerzo “complementará” la tarea que ya realizan EE. UU. y sus aliados en la coalición internacional contra el EI en otros cuatro centros de entrenamiento en Irak, donde ya han sido capacitados más de nueve mil soldados locales y otros tres mil están actualmente en formación.
Earnest indicó que Obama tomó la decisión de autorizar un envío adicional de tropas “a petición” del primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, con quien se reunió el lunes en Alemania en el marco de la cumbre del G7, y por recomendación del Pentágono y los altos mandos militares de EE. UU.
Nuevo equipo
La autorización del presidente incluye, además, la “entrega expedita de equipos esenciales y material” a las fuerzas iraquíes, incluyendo a los combatientes tribales, en coordinación con el Gobierno de ese país.
Tras su encuentro con Al Ababi, Obama prometió que EE.UU. aumentaría “la capacitación y asistencia” a las fuerzas iraquíes que luchan contra los yihadistas.
Obama también dijo desde Alemania que su Gobierno todavía no había desarrollado una “estrategia completa” para entrenar a las fuerzas iraquíes en su combate contra los extremistas, lo que le ha valido críticas dentro de EE.UU., principalmente entre legisladores y aspirantes republicanos a la Casa Blanca.
Varios republicanos, entre ellos el senador y excandidato presidencial John McCain, apoyan el envío de tropas de combate a Irak, algo que Obama sigue rechazando tras diez meses de bombardeos aéreos de la coalición internacional contra los yihadistas.