“En 2007, como parte de la Copa de Mundo 2010 en Sudáfrica, el gobierno sudafricano aprobó un proyecto de 10 millones de dólares para ayudar a la diáspora de sudafricanos en el Caribe”, indicó la FIFA en un comunicado, precisando que esta suma provenía del comité de organización del Mundial sudafricano.
“El pago de los 10 millones fueron autorizados por el presidente de la comisión de finanzas y ejecutado conforme a las normas de la FIFA”, añadió la organización.
“Ni el secretario general, Jérome Valcke, ni ningún alto responsable de la FIFA estaba al corriente ni del inicio, ni aprobación o puesta en marcha del proyecto”, prosiguió FIFA.
Valcke, de 54 años, se unió a la FIFA en 2003 como director de márketing después de haber trabajado en Canal Plus. En 2007 se convirtió en secretario general. Implicado en el caso legal entre la organización internacional y Mastercard, que le costó 90 millones de euros a la FIFA. Despedido por Blatter tras este asunto, el suizo no dudo en reclutarle de nuevo unos meses después para hacerle su número 2 en la institución mundial.
Según el New York Times, la transferencia de 10 millones de dólares -efectuada en tres partes entre enero y marzo de 2008- fue emitida desde una cuenta de la FIFA y sería un elemento central del escándalo de corrupción que envuelve al mundo de futbol y sus líderes.
Valcke no irá al Mundial femenino en Canadá
No se han presentado cargos contra el secretario general de la FIFA Valcke, quien no ha sido acusado de ningún delito o nombrado en la acusación. Pero el Times afirma que según sus fuentes él es el no identificado alto funcionario que supuestamente transfirió los fondos a Warner.
Este martes, la oficina federal suiza de justicia indicó no haber recibido hasta ahora ninguna petición de asistencia por parte de la justicia estadounidense que concierna a Valcke.
La FIFA anunció al mismo tiempo que Valcke no acudirá el sábado, contrariamente a lo previsto, a la apertura de la Copa del Mundo de futbol femenino en Canadá.
Varios altos funcionarios fueron detenidos en redadas en Zúrich la semana pasada y acusados por los investigadores estadounidenses de tomar decenas de millones de dólares en sobornos.
En el centro del escándalo, Jack Warner, expresidente de la Concacaf (Confederación de América del norte, centro y Caribe), que según la justicia estadounidense, entre otros, solicitó y obtuvo sobornos como parte del proceso de atribución de la Copas del Mundo 1998 y 2010.
A pesar de esta tempestad judicial y las peticiones de dimisión, Blatter, de 79 años, fue reelegido presidente de la FIFA el viernes para los próximos cuatros años, tras la retirada del candidato príncipe Ali tras la primera vuelta de las votaciones.
Blatter, que superó grandes crisis durante sus 40 años en la institución, prometió, después de su reelección, sin anunciar ninguna reforma estructural, de llevar a la FIFA donde se merece y de dejar a su sucesor una FIFA más fuerte.