Sin embargo, Qin explicó que ella y su esposo, Meng Shaoping, habían recibido autorización para ese hijo por parte de la provincia de Anhui (este), donde tienen registrada su residencia familiar habitual.
Este es el segundo matrimonio de la pareja, y cada uno de ellos tiene ya descendiente de la anterior relación, por lo que ambos querían un hijo conjunto, añadió.
Qin, de 35 años, explicó que para tener su segundo hijo tiene dos opciones: intentar lograr el permiso especial de maternidad de la provincia de Guizhou o abandonar su trabajo actual y volver a Anhui, donde asegura que “es muy difícil encontrar un empleo” .
Este caso se produce mientras China sigue un paulatino proceso de relajamiento de su política del hijo único y sus excepciones, pero también refleja las diferentes normas que ponen en marcha las autoridades provinciales para hacer cumplir las decisiones del Gobierno central.