“Lo hice sin darme cuenta”, dijo Napolitano al romper el silencio desde la clandestinidad, a través de una llamada telefónica al programa Estudio Futbol, que emite el canal TyC Sports.
“Jamás tuve la intención de hacer esto. Pensé que no había cámaras; no creí que iba a llegar a tanto”, expresó “el Panadero” y agregó: “Cuando me di cuenta, me quería morir”.
El joven reconoció que está asustado tras la agresión que avergonzó a Argentina y que dañó la imagen del futbol local en el mundo.
“Hace 25 años que voy a la cancha y nunca tuve un problema. Jamás estuve en una comisaria. A mí me conoce todo el mundo, sabe como soy, que me gusta la fiesta, pero nada más”, dijo Napolitano.
El agresor indicó que tiene familia, que su esposa está angustiada y que está desesperado.
Napolitano fue identificado el lunes en la tarde a partir de las imágenes obtenidas en Fox Sports, según un comunicado de la fiscal del barrio de La Boca, Susana Calleja, a cargo de la investigación.
“La pericia confirmó que la sustancia con la que fueron agredidos los jugadores millonarios fue capsaicina, principio activo del gas pimienta, que fue arrojado a través de un hueco que había en la unión de la manga con el techo del túnel de acceso a los vestuarios, señaló la fiscalía.
Según la investigación, tras la suspensión del partido de octavos de final de la Libertadores, el Panadero salió del estadio disfrazado y recibió ayuda para evitar controles policiales.
“Fíjese cómo funciona la violencia en el futbol, porque esta persona salió disfrazada de la cancha y, a través de las cámaras, vimos cómo le indicaban para poder salir”, declaró a radio La Red, el fiscal de la Unidad Especial de Delitos Deportivos, Daniel Pablosky.
Agregó que desde algún lugar del estadio, alguna persona le indicaba el camino, por lo que, afirmó, acá hay una ostensible vinculación con algún dirigente o empleado del club.
Demostraciones de fuerza
Según la prensa argentina, el ataque a River pudo haber sido una demostración de fuerza de una fracción de la barrabrava boquense, que habría quedado al margen de los negocios que los financian, tras un acuerdo entre otros dos líderes de ‘La 12’.
El presidente de Boca, Daniel Angelici, había desligado del episodio a la ‘barrabrava’.
“Este no fue un acto de un loco suelto ni un problema de la barra oficial, es algo político”, declaró el viernes Angelici, cuyo mandato en el popular club vence a fin de año.
Angelici es el delfín del alcalde de Buenos Aires, el empresario Mauricio Macri, que presidió Boca entre 1995 y 2008 y ahora es el precandidato presidencial (derecha) por la oposición mejor posicionado para las elecciones generales de octubre en Argentina.
El inédito ataque a jugadores fue perpetrado al término del entretiempo del superclásico, cuando el partido iba 0-0 lo que significaba la clasificación de River a los cuartos de final de la Libertadores ya que había ganado en la ida 1-0.