La política anquilosada de un sector de la izquierda reitera un camino sin destino. Yuri Giovanni Melini Salguero, el respetado defensor de la naturaleza, tuvo que romper con el autoritarismo de la alianza Winaq y URNG. En efecto, invitado a participar como candidato a Presidente, se encontró con la división de la base misma.

En los diferentes lugares donde se presentó a los comités locales, encontró rompimientos y oposición a la candidatura líder del diputado del listado nacional, Amílcar Pop.

Después se sorprendió de que exista un grupo antipartido en la misma URNG. Un personaje de apellido Sandoval mueve un contingente autotitulado rebelde que hace labor de zapa. ¿Por qué insiste en permanecer en ese partido? En la última asamblea llegaron a los golpes y amenazas de muerte, para intentar apropiarse de la dirección.

Todos podemos coincidir en que si una persona no se encuentra a gusto en una formación partidaria, lo lógico sería iniciar un nuevo partido con sus seguidores.

En cambio, en este caso, se trata de obstaculizar, atacar a determinados líderes y apropiarse de las siglas que, finalmente, es lo único que le queda a ese grupo político.

El otro asunto que lo incomodó consiste en que sugirió a tres connotados luchadores contra la degradación de la naturaleza para que encabezaran sendos listados departamentales. A pesar de la raquítica presencia partidaria, en los lugares propuestos, se le vedó esa capacidad. Se le conminó a no ejercer liderazgo de ningún tipo, bastaba con manifestarse agradecido por la nominación.

Menciona de manera expresa las reuniones que tuvo con los secretarios generales de los dos partidos aliados, donde le indicaron que era un malagradecido por no conformarse con ser investido candidato. A tal extremo llegó el regaño, que el ex secretario general Casiano Ángel Fernando Sánchez Viesca afirmó que había hecho un plan B, con una candidata de reemplazo.

Ante tanta rudeza y evidente falta de valoración del aporte que ofrecía, Melini Salguero renunció a la politiquería electoralista. Uno de los pocos dirigentes de un comité campesino que todavía mantiene relaciones con la alianza política de izquierda le manifestó que no esperara otra cosa, pues los diputados de URNG por San Marcos y Huehuetenango que habían votado por la Ley Monsanto se manifestaban continuamente opuestos a su persona.

Faltaba que uno de ellos votara en contra de aceptar la renuncia de la ex vicepresidenta. Este diputado, para ser reelecto confía más en la colaboración que le ofrezcan los patriotistas que en su menguada base electoral. De esa cuenta, no sorprende que Gregorio Chay Laínez, exdiputado del Quiché, haya derrotado a Sánchez Viesca, que perseguía la reelección como secretario general. El partido ha ingresado en su fase terminal, aunque no se sabe el tiempo de la agonía. ¿Cuánto más se enlodarán estas siglas?

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