Posteriormente, entre 1783 y 1792 re renovaron las gestiones para la construcción del coliseo, siendo la más célebre la última de éstas, por la respuesta que le dio el síndico primero, quien en su resolución desfavorable cita lo siguiente: “Bien a la vista están las causas que influyeron para no concurrir al dictamen al establecimiento del coliseo de comedia debido a la pobreza del lugar y la falta de los más preciosos edificios públicos que están aún sin construirse, lo cual no le permiten al ayuntamiento un obra pública y profana, la menos necesaria y talvez la más perjudicial”.
Construcción de teatros
En 1793, luego de una dura batalla contra los prejuicios, se construye el teatro Camato y posteriormente en 1819 se levanto el coliseo de don Manuel Antonio José de Ordóñez, siendo ambos clausurados por protestas de la sociedad, poco tiempo después de haber sido inaugurados.
Nace el Teatro Colón
En 1852, el presidente Rafael Carrera autoriza la construcción del teatro nacional, al que se le dio el nombre del citado presidente.
Así se le conoció hasta la administración de Justo Rafino, Barrios. La construcción del hermoso edificio duró 6 años. La desaparición del Teatro Colón fue lamentada en aquellos tiempos, y no ha sido posible reemplazarlo.
Promesa de campaña
En 1930, el general Jorge Ubico, durante su campaña política, prometió la construcción del teatro nacional, pero tal propósito quedó solo en el papel.
El verdadero movimiento pro construcción del teatro empieza a tomar forma en la Facultad de Bellas Artes.
En 1946, el señor Girón Cerna propuso a la universidad de San carlos la fundación de una facultad de Bellas Artes, y es aquí donde nació la idea de un impuesto a los premios de la Lotería Nacional.
Mario Monteforte Toledo, que se encontraba entusiasmado con la idea del impuesto, pensó que sería mejor hacer la casa de la cultura, una institución autónoma que impulsara el desarrollo del arte y la cultura nacional.