Sin embargo el impacto se verá amortiguado por niveles “excepcionalmente altos” de las actuales existencias, según las últimas previsiones del informe semestral de la FAO Perspectivas Alimentarias divulgado este jueves.
El índice de precios de los alimentos de la FAO se redujo un 1.2% en abril respecto a marzo, situándose en 171 puntos, su nivel más bajo desde junio de 2010 y un 19.2% menos respecto a hace un año.
El mayor descenso se produjo en el precio de los productos lácteos, también disminuyeron en azúcar, cereales y aceites vegetales.
Por el contrario, los precios de la carne subieron en abril, su primer incremento desde agosto de 2014.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es un índice ponderado por el comercio que hace un seguimiento de los precios de los cinco principales grupos de alimentos básicos en los mercados internacionales: cereales, carne, productos lácteos, aceites vegetales y azúcar.
Los precios internacionales de los alimentos es probable que continúen sometidos a presión a la baja debido a la oferta abundante y un dólar EE. UU. fuerte, según Perspectivas alimentarias.
El pronóstico inicial de esa organización para la producción mundial de cereales en 2015 (suponiendo condiciones meteorológicas normales durante el resto de la temporada) asciende a dos mil 509 millones de toneladas, cifra por debajo del récord del año pasado, pero casi un 5% por encima de la media de los últimos cinco años, se explicó en un comunicado emitido en Italia.
Esta modesta disminución de la producción haría descender los inventarios en alrededor del 3% en la nueva temporada (2015/16), con reducciones más rápidas para los cereales secundarios y el arroz que para el trigo.
“La factura mundial por la importación de alimentos se prevé descienda a su nivel más bajo de cinco años en 2015”, refiere el informe.
Ese comportamiento se debería principalmente por una caída de los precios internacionales, fletes bajos y un dólar de EE. UU. fuerte.
Los volúmenes de importación de los distintos alimentos que componen la factura cambiaron poco o incluso aumentaron. También se espera que los países de bajos ingresos se beneficien de este descenso en el coste de las importaciones de alimentos.