Al youtuber también le fue dictado arraigo, por lo que deberá firmar el libro de asistencia cada 15 días y tendrá que abstenerse de utilizar cualquier medio cibernético.
Pascual Argueta fue capturado en Villa Nueva durante un operativo en su vivienda donde se decomisaron varios discos duros y una memoria USB.
Según las pesquisas del Ministerio Público, el hombre capturado usaba los personajes de animé para “captar la atención de niñas y al impresionarlas con sus dibujos de animé, sostenía conversaciones en la red social Instagram. Al estrechar el lazo de amistad, les solicitaba fotografías íntimas”.
De acuerdo con la investigación, después de obtener las imágenes las diseñaba en animé y las vendía por medio de una página web para producir pornografía infantil.
Estrategia
De acuerdo con algunas víctimas de Pascual Argueta, conocido en el mundo cibernético como Valdroxx, y de otros youtuberos que lo denunciaron, este acosaba a menores de edad y les exigía imágenes íntimas bajo el pretexto de que era diseñador de “nuevas formas del cuerpo humano”.
Sin embargo, al obtener las imágenes las trabajaba, les aplicaba filtros o las dibujaba y luego las vendía a una plataforma que producía pornografía del tipo llamado hentai.
Autoridades aún investigan las plataformas que utilizó el youtuber, pero se sabe que utilizó algunas como Patreon, que permite tener una mayor interrelación con los seguidores de un usuario.
Además: Víctimas relatan cómo Valdroxx las acosó para que le dieran fotos íntimas
Un youtuber dijo que Valdroxx vendía esos contenidos después de que atraía a pederastas anunciando videos de animé en los que también “colocaba fotos íntimas de menores”, a las que les aplicaba algún tipo de filtro para disimularlas.
Otro usuario relató que al descubrir el contenido de lo que ofrecía Vadroxx trató de persuadirlo para que dejara de hacerlo, pero este se burló de él y le aseguró que no era lo que parecía.
La noticia dispara las alarmas sobre el contenido de lo que ven niños y adolescentes en programas de internet y en las redes sociales, así como quiénes se contactan con ellos, y pone en entredicho el control que los padres de familia deben tener en estas situaciones.
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