Para Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), la modificación de la perspectiva es un “fuerte llamado de atención”, por lo que se tiene que trabajar en los lineamientos para hacer las correcciones.
“Las consecuencias serán para la obtención de un financiamiento internacional o en la próxima colocación de eurobonos que realice el Gobierno, el cual podrían elevar las tasas de interés por el riesgo que advierte la agencia”, indicó el ejecutivo.
Tensiones y reforma fiscal
El comunicado de la agencia resalta que la revisión de la “Perspectiva a Negativa de Guatemala” refleja una tensión política e incertidumbre mayores, y una erosión constante en la ya baja recaudación de impuestos del gobierno.
Las elecciones presidenciales y del Congreso programadas para este año pueden resultar en un gobierno con un mandato débil, y es probable que conduzcan a un congreso fracturado, representado por numerosos partidos políticos, lo que resulta en un estancamiento político continuo y una disminución de las perspectivas de reforma.
El hecho de no aprobar reformas en la administración tributaria y de aprobar nuevas medidas tributarias llevaría a una mayor erosión de los ingresos.
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Aunque las calificaciones de Guatemala están respaldadas por un historial de estabilidad macroeconómica y políticas conservadoras, baja deuda pública con respecto al PIB y buena liquidez externa.
Estas fortalezas se ven contrarrestadas por una base tributaria estrecha que restringe la flexibilidad de las políticas y limita la tolerancia de la deuda, así como una gobernabilidad débil, niveles de inversión e indicadores de desarrollo humano.
Enfrentamiento
El comunicado destaca que, a principios de 2019, el presidente Jimmy Morales decidió rescindir unilateralmente el mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad respaldada por la ONU en Guatemala (Cicig), pero su intento hasta ahora ha sido bloqueado por el tribunal constitucional.
El mandato de dos años de la CICIG expira en septiembre de 2019; ha estado investigando casos de corrupción en el país desde 2007.
Las investigaciones de financiamiento de campañas contra el presidente Morales y miembros del Congreso, junto con un congreso fragmentado, han provocado una parálisis política durante la mayor parte del mandato de la administración, socavando la inversión pública y privada e impidiendo la aprobación del presupuesto en 2018.
Clima electoral
El comunicado agrega que las elecciones generales (elección del presidente, el gobierno local y la legislatura unicameral) que están programadas para junio de 2019 y es probable que se inicien en una segunda vuelta de escorrentía en agosto.
Las últimas encuestas colocan a la ex primera dama Sandra Torres a la cabeza, seguida por la exfiscal general Thelma Aldana y Zury Ríos, hija del ex gobernante Efrain Ríos Montt.
Además, que varios candidatos presidenciales, incluidos los tres candidatos principales, enfrentan desafíos legales que podrían debilitar su candidatura y descalificarlos.
Las investigaciones criminales en curso sobre los candidatos presidenciales y el embarrado entre candidatos podrían debilitar la credibilidad y legitimidad del proceso electoral y socavar el mandato político de la próxima administración.
Un congreso atomizado, un escenario probable dada la amplia gama de partidos políticos, disminuiría aún más la probabilidad de reformas que promuevan el desarrollo económico y social y aborden la débil recaudación de impuestos.
Menos ingresos
Fitch, señala que los bajos ingresos del gobierno siguen siendo una debilidad crediticia clave.
El crecimiento en los ingresos del gobierno ha retrasado continuamente el crecimiento económico.
Como resultado, los ingresos totales del gobierno cayeron a 10.6% del PIB desde 11.0% en 2016, entre los más bajos en nuestro universo de calificación. Los bajos niveles de ingresos y el desempeño débil continuo reflejan los desafíos institucionales de la autoridad fiscal, los altos niveles de evasión fiscal y el débil control de la corrupción.
Las medidas administrativas contra la evasión fiscal (por ejemplo, el uso generalizado de la facturación electrónica) podrían mejorar la recaudación del IVA en 2019; sin embargo, Fitch espera que tales medidas tengan un impacto moderado.
Fitch espera que el déficit del gobierno central alcance el 2.2% del PIB en 2019, por debajo del objetivo del 2.4% del PIB en el presupuesto de 2019.
La ejecución del gasto mejoró en 2018, pero es probable que persista. El mayor déficit se destina a abordar las brechas de infraestructura y capital humano, pero refleja principalmente un aumento de 0.7pp del PIB en el gasto corriente (bienes y servicios) en comparación con 2018, mientras que el gasto de capital solo aumenta 0.2 pp del PIB.
El déficit del gobierno central alcanzó el 1.8% del PIB en 2018, por encima del 1.3% del PIB en 2017, debido a una mejor ejecución del gasto de capital.
El presupuesto de 2018 no fue aprobado por el Congreso y el presupuesto de 2017 siguió vigente.
El déficit del gobierno general de Guatemala está por debajo de la mediana ‘BB’ del 2.7% del PIB, pero el interés a los ingresos al 13.6% es el doble de la mediana ‘BB’ del 6.3%.
Fitch pronostica una carga de deuda pública relativamente estable.
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La deuda del gobierno central se ha mantenido estable en alrededor del 24% del PIB desde 2010.
La deuda del gobierno general al PIB del 22% (neta de las tenencias de la deuda del gobierno de seguridad social) es una de las más bajas en la categoría ‘BB’.
Sin embargo, la deuda de las administraciones públicas de Guatemala aumentó a 212% en 2018 de 199% en 2017 debido a un desempeño de ingresos débil.
Esta relación es significativamente más débil que la mediana de ‘BB’ de 154% y señala la menor tolerancia de la deuda de Guatemala en relación con sus pares.
Otros indicadores
Las finanzas externas siguen siendo una fortaleza crediticia clave.
Las reservas de divisas cubren más de siete meses de importaciones, lo que resulta en uno de los índices de liquidez más altos entre los pares calificadores.
Fitch espera superávits en la cuenta corriente para 2019 y 2020, aunque en una tendencia a la baja. La cuenta corriente ha mostrado superávits en los últimos tres años, ya que las entradas de remesas compensaron con creces los grandes déficits comerciales.
Las remesas alcanzaron el 12% del PIB en 2018, luego de cuatro años de crecimiento con un promedio del 14%.
Sin embargo, la inversión extranjera directa ha estado en tendencia descendente desde 2013.
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