Internacional

Gatos sufren síndrome de “Tom y Jerry”

Arrugar papel aluminio, tintinear las llaves o las monedas o golpear una cuchara contra un plato son el tipo de sonidos agudos que podrían causar convulsiones a los gatos ancianos, según una investigación divulgada el lunes.

Hacen estudio sobre las convulsiones en los gatos adultos. (Foto Prensa Libre: AP)

Hacen estudio sobre las convulsiones en los gatos adultos. (Foto Prensa Libre: AP)

Incluso sonidos tan comunes como el tecleo en la computadora o el chasquido de la lengua de una persona podría desencadenar una convulsión temporal, sobre todo en gatos de más de 10 años, indicó el informe publicado en el Journal of Feline Medicine and Surgery.

El estudio comenzó a partir de una solicitud de la organización caritativa Cat Care, que pidió a neurólogos veterinarios investigar informes de algunos dueños de gatos cuyas mascotas habían sufrido ataques inusuales de epilepsia.

Los medios internacionales ya habían observado este desorden, apodado “síndrome de Tom y Jerry”. En el dibujo animado, el felino Tom a menudo sufre sacudones cuando su adversario, el ratón Jerry, lo sorprende con sonidos fuertes.

Ahora este desorden tiene nombre: epilepsia refleja audiogénica felina (FARS, en inglés).

También en humanos

Los humanos también pueden sufrir este tipo de ataques a partir de algunos sonidos.

En algunos casos, los sonidos pueden causar una súbita pausa en el movimiento, mientras en otros casos los ruidos generan reacciones repentinas que pueden demorar varios minutos.

La investigación fue realizada en base a 96 gatos, sin importar su pedigrí, por Mark Lowrie y Laurent Garosi, de Davies Veterinary Specialists, y Robert Harvey de la University College London School of Pharmacy.

“La edad promedio de aparición de las convulsiones fue los 15 años, en gatos que suelen vivir entre 10 y 19 años”, indicó el estudio, según el cual las razas birmanas son más proclives a sufrir este efecto.

Los investigadores seguirán explorando posibles tratamientos para evitar estos ataques, pero, entre tanto, los dueños pueden intentar evitar, al menos en lo posible, que sus ancianos gatos se expongan a ciertos sonidos.

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