En un último esfuerzo por rescatar la especie, Kenia ha desplegado a militares para que protegan a Sudán de los cazadores furtivos, conflictos armados y tráfico ilegal de animales, principales responsables de su desaparición.
Dos de los rinocerontes sobrevivientes están en zoológicos y tres en libertad. Solo uno es macho, y es quien vive bajo protección armada las 24 horas del día.
Los científicos son un poco pesimistas. Aseguran que la el hábitat y las actuales condiciones hacen que esta especie esté condenada a desaparecer.
Sudán es custodiado en la reserva de Ol Pejeta Conservancy en Kenia. (Foto Prensa Libre: AP)
Sin embargo, dentro del pesimismo hay algo de esperanza. Los defensores de animales confían en que en un futuro no muy lejano se puedan “resucitar” de manera artificial a través de fecundación in vitro. Una especie de “rinocerontes probetas”.
Sudán y las otras cuatro forman parte de la especie de rinoceronte blanco del norte (Ceratotherium simum cottoni), una subespecie de rinoceronte blanco.
“Hay posibilidades de que asistamos a la desaparición de una especie. Esa es la realidad, morirán aquí”, resume Richard Vigne, director general de la reserva keniana.
“Es un símbolo de lo que los humanos le hacen al planeta, no sólo concierne a los rinocertones”, asegura. “Esto pasa con todo tipos de animales, grandes y pequeños, en todo el planeta”, prosigue, lamentando las décadas de pasividad ante este desastre.
“El hombre es totalmente responsable” de su extinción, explica Vigne.
* Con información de agencias y sitios web