ALEPH

ADN país

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Para decirlo breve, el ADN es el material genético del cual estamos hechos. Pero en este caso hablo de una publicación del Banco Mundial (2014) que me pareció por demás interesante. Es sobre el ADN Económico de Guatemala (Análisis para el Diálogo Nacional) y vale la pena leerlo. Como me dijera un reconocido economista, “es como una flor en el pantano”. Sobre todo en contextos actuales de tanta desigualdad, donde además una fuerza política pugna por meter con calzador en el Legislativo la controversial Ley de fomento al empleo (o ley Baldizón de empleo), que implicaría más privilegios fiscales para algunos.

Guatemala tiene las mejores cifras macroeconómicas de Centroamérica, pero esa estabilidad tampoco es para exagerar, porque no se perfila que ello redunde en una significativa baja de la pobreza en la que vive casi la mitad de la población o que implique un bienestar social amplio. Como dice el documento, “la resistencia macroeconómica de Guatemala se debe a las políticas macroeconómicas prudentes y una economía más diversificada en comparación con otros países de Centroamérica, lo que ha ayudado a amortiguar el impacto de los choques”.

Pero hay cifras que no se reflejan en las estadísticas macroeconómicas. “Por ejemplo, cuando hay un choque en la industria del café, los productores de café (muchos de los cuales viven en pobreza) no necesariamente se benefician del éxito de otros subsectores de la agricultura (…). Se espera que el consumo interno impulse la actividad económica, mientras que la contribución de la inversión pública y privada retrocederá. El crecimiento también se verá apoyado por la recuperación que se da en Estados Unidos, que se espera impulse flujos más altos de remesas. No obstante, la perspectiva a mediano plazo es vulnerable a las condiciones inciertas del mercado mundial. En particular, un crecimiento más débil en Estados Unidos podría reducir el envío de remesas hacia Guatemala”.

Dice el texto que al acelerar el crecimiento se podría reducir sustancialmente la pobreza en Guatemala, pero esto requeriría mejoras en la productividad de toda la economía. “Guatemala tiene el segundo índice más bajo de desarrollo humano en la región de América Latina y el Caribe (ALC) y es también uno de los países más pobres de la región; con más de la mitad de la población viviendo en condiciones de pobreza. Las políticas a favor de los pobres podrían conducir a mejoras marginales, pero se necesitarían tasas de crecimiento más altas para mejorar significativamente las condiciones de vida”.

Revertir los atrasos socioeconómicos precisa una acción urgente de salvataje. Para ello, la inversión pública es fundamental, pero ¿qué pasa cuando no solo se invierte muy poco en la gente, sino que el gobierno recauda “la proporción más baja de ingresos públicos en el mundo en relación al tamaño de la economía del país?”. La reforma fiscal aprobada (2012) ha sido importante, pero contrasta con la disminución en la recaudación del IVA sobre las importaciones, con el rezago en el crecimiento del empleo, con los malos inversionistas que vienen al país, con el exceso de sobornos y otras formas de corrupción, así como la competencia asimétrica. Queda claro que el desarrollo económico de todo un país y la reducción de la pobreza también fortalecen el estado de Derecho. Y al revés.

cescobarsarti@gmail.com

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.