En la Asociación de Ancianos San Vicente de Paul, diciembre es un buen pretexto para no dejar de bailar. Setenta y tres ancianas, comprendidas entre 70 y 89 años, disfrutan la llegada de las fiestas navideñas para salir de la rutina diaria.
Cada vez que puede, la marimba de la municipalidad viene a amenizar las mañanas de las ancianas.
Ayer, por ejemplo, las más vivarachas aprovecharon las notas musicales para recordar sus años mozos.
Con dotes de bailarinas
Petrona Chávez, de 89 años, y Felipa Santos, de 78, demostraron sus dotes de bailarinas durante la jornada. Emocionada, Felipa ??Feli?, como la llaman cariñosamente en el albergue? cuenta que este 24 de diciembre se reunirá con sus hijos, nietos y bisnietos para celebrar la Navidad.
?Mi hija va a venir a traerme el 24, para que estemos todos juntos?, agrega. Petrona, en cambio, decidió pasar el 24 con su ?Niño Jesús, por supuesto?. ?Voy a oír la misa de gallo y esperar el nacimiento de mi amado Jesús?, cuenta.
Ese día, todas las ancianas que permanezcan en el asilo disfrutarán de un desayuno y un almuerzo especial?, añadió Evelyn López, una de las trabajadoras sociales.
Los enfermos
En los hospitales Roosevelt y el de Oncología Pediátrica, que atiende a niños con cáncer, Santa Claus intenta visitar a los niños por lo menos tres veces a la semana, y las posadas se llevan a cabo por las mañanas.
?Intentamos que los pequeños gocen en medio de la enfermedad. La Navidad es el mejor momento para llenarlos de esperanza?, indicó Miriam Recari, representante de la Fundación Ayúdame a Vivir.
Ilusión de ?niños de la calle?
Los ?niños de la calle? de la zona 1 también esperan recibir algún obsequio esta Navidad. ?Vamos a quedarnos aquí, en la banqueta. Sabemos que alguien va a venir a vernos?, señaló Juan, un menor que vive en las aceras de la 15 calle y 6a. avenida ?A?, zona 1.