Son 90 mujeres las que forman parte del Programa Quiché de Desarrollo Rural. Han sido elegidas y designadas como cabeza de familia, por considerarlas más responsables y capacitadas para manejar el dinero.
El fondo invertido asciende a 185 millones de quetzales, aportado por la Unión Europea, el Gobierno de Guatemala y los propios beneficiarios.
?Los hombres se molestaron cuando se dijo que las mujeres tienen derecho a trabajar y a tener dinero?, relata Tomasa Sol, una de las dirigentes de producción, en referencia a la persistencia del machismo. Pero ahora ?nosotras sabemos que podemos salir y que podemos llevar dinero a nuestras casas?, afirma.
Con mucha iniciativa
Durante seis años, las mujeres de Quiché han sido apoyadas por la Unión Europea, UE, para demostrar que con asistencia pueden encabezar iniciativas exitosas.
La conclusión de este programa fue una feria celebrada recientemente en el Club de Leones de Santa Cruz del Quiché.
Más de 90 mujeres participaron en representación de miles de indígenas beneficiados con el plan.
Las participantes aseguran que tienen miedo de los asaltos en los caminos y por eso prefieren trabajar en su hogar.
Una de ellas es Teresa Chávez, de Nebaj, una viuda que debe mantener a sus tres hijos y cuyo único ingreso es la venta de tejidos. Teresa espera que las ferias continúen.
Peculiaridades
Chichicastenango, Chiché, Nebaj, Zacualpa, Sacapulas, Cunén y Chajul son algunos de los municipios donde las mujeres han tomado la batuta.
Cada lugar tiene sus peculiaridades, así como su gente y sus productos.
Así, en el caso de Nebaj, la mayor parte de la producción son tejidos de colores sobrios, consistentes y calientes, para soportar el frío.
En Chichicastenango, la afluencia de turistas ha hecho que sus trabajos sean mucho más vistosos y, quizá, de mayor calidad.
Las cubrecamas son mostradas con orgullo por las trabajadoras, quienes las elaboraron con paciencia.
En el caso de Zacapulas, los productos estrella son los dulces artesanales, únicos en el mundo, cuya receta se transmite de madres a hijas, para no perder la tradición.
El componente básico es la miel, el resto de la composición es secreto de familia. La cerámica, elaborada con esmero, muestra dibujos de animales o plantas que ocupan el entorno de sus alfareras.
Muchos de los monocultivos o plantas medicinales de estas zonas se hubieran perdido, si no fuera porque las mujeres velan por su reproducción.
Como apunta una de las organizadoras, si a ?ellas no se les pregunta en su idioma si están de acuerdo con la eliminación de sus cultivos tradicionales, los proyectos de desarrollo nunca serán válidos?.
El objetivo es que su voz se oiga y se tenga en cuenta.
Autoestima
Tomasa, elegida como líder de su pequeña comitiva, dice que la organización que les ha brindado respaldo es el Centro de Estudios para la Capacitación Familiar, Cefa. Esta organización fue la que se acercó hasta sus comunidades con el programa de capacitación.
?Desde que ellos vinieron, podemos hablar; no tenemos miedo a expresarnos, nos sentimos más seguras?, afirma Tomasa La feria fue un programa piloto con el objetivo de que las mujeres acudieran por primera vez a vender sus productos fuera de sus comunidades.
?Es la primera feria en Guatemala efectuada sólo por mujeres?, según Claudia Barillas, de la Mesa de Género, de la Comisión Europea.
A partir de esa experiencia exitosa, estudian la posibilidad de organizar ferias comercializadoras cada cuatro meses.
Seguimiento del programa
La representante y líder maya de la organización Cefa, Tomasa Bulux, trabaja junto al programa Quiché encargándose de la capacitación en los municipios.
El objetivo principal de Bulux es ?involucrar a las mujeres en las asociaciones, sobre todo en los niveles de toma de decisiones?.
Para esto utilizan una estrategia de tres focos: el trabajo con las juntas directivas, con los promotores y con los grupos de señoras.
Cuestión de género
La temática de género no es nada fácil, por ello Tomasa asegura: ?Si no hay seguimiento y se deja a las mujeres solas, el programa fracasa; en cambio cuando se sienten apoyadas suelen ser exitosas?. Por ello, son muy importantes los planes de sostenibilidad.
En este caso la organización Cadiq será la encargada de reunir a las 22 asociaciones que componen el programa para asesorarlas, sobre todo en el área administrativa. La coordinadora está compuesta en un 75 por ciento por mujeres.
En el Programa Quiché trabajan 80 personas, y en Cadiq sólo disponen de tres trabajadores que puedan asumir esta tarea, además de no estar dotados de muchos fondos.
Independencia
De todas formas, las asociaciones poseen un fondo de reinversión para que una vez dejen de ser tutelados por la Unión Europea, UE, inviertan sus beneficios en lo que prefieran. De hecho, antes de finalizar el programa, algunas asociaciones han trabajado con otros organismos de forma independiente. La intención del Cadiq es fortalecerlas.
Según Juan Us Vicente, representante de Cadiq, las bases de las organizaciones les han solicitado asesoría en gestión e inversión productiva, apoyo a producción y comercialización agropecuaria y artesanal.
Cada cuatro meses
La intención de los organizadores, la Unión Europea y la Coordinadora de Asociaciones de Desarrollo Integral de Quiché, es que esta feria se realice cada cuatro meses, período estimado para la elaboración de nuevos productos, y extender la iniciativa a otros departamentos del país.
Según Claudia Barillas, de la UE, lo más difícil es que ?ellas tomen la decisión de movilizarse y desplazarse?, bien porque a ?sus maridos no les conviene o porque ellas no tienen la confianza suficiente en sí mismas?. Las mujeres han dado el primer paso y están dispuestas a guiarse solas.
Consejos de desarrollo: Toma de decisiones
Uno de los componentes básicos de la ayuda al desarrollo que pretende impulsar la Mesa de Género de la Comisión Europea es la participación de la mujer en la toma de decisiones comunales. De este modo, varias de las mujeres presentes en la feria de muestras forman parte de los consejos comunales de sus aldeas.
Representan al resto de las mujeres de su comunidad, y por primera vez pueden alzar la voz sobre lo que consideran mejor para sus municipios, y qué tipo de desarrollo desean. El 75% de los miembros de la Coordinadora de Asociaciones de Desarrollo de Quiché son mujeres.