HOMO ECONOMICUSCómo no saldremos de pobres
Una de las frustraciones mas grandes que padecemos los guatemaltecos es ese aparente laberinto de pobreza en el que nos encontramos. Y ante nuestra desesperación recurrimos a fórmulas equivocadas para encontrar el rumbo hacia la prosperidad. Ya sea pésimos consejos que nos dan los organismos internacionales o recetas fracasadas que nosotros mismos implementamos. Una de esas recetas es la creencia de que necesitamos aumentar el gasto público para salir de pobres.
?Guatemala es un país cuya población tiene grandes necesidades insatisfechas… Por ello, el Estado debe salir a cubrir esas necesidades y así saldremos de pobres…? En base a esta frase se pretende, entre otras cosas, justificar un aumento en el gasto público con el inevitable aumento en los impuestos.
Se supone que, de esa manera se podrán ?satisfacer? esas necesidades. Así terminamos con un gobierno cuya principal función es redistribuir una riqueza que, supuestamente, está mal redistribuida.
El anterior razonamiento es tan absurdo como creer que usted es cien quetzales más rico luego de haberse pasado un billete de la bolsa derecha a la bolsa izquierda. Efectivamente, ahora tiene el dinero donde antes no lo tenía, ¿es usted más próspero ahora? No se necesita un doctorado en economía para entender que el experimento anterior no ha creado riqueza. Si no tiene sentido a nivel personal ¿por qué va a tener sentido a nivel nacional?
La redistribución de la riqueza no es ni ha sido fuente de prosperidad para nación alguna. Y si hay naciones que la practican y están en una mejor situación que nosotros es, simplemente, porque primero alcanzaron un alto nivel de prosperidad y ahora se pueden dar el lujo de destruir parte de la riqueza redistribuyéndola. Claro está que los ricos siempre se pueden dar lujos que los pobres no nos podemos dar.
La principal función del gobierno no debe ser destruir riqueza mediante su redistribución sino crear un ambiente en el cual todos puedan prosperar. Parte importante de ese ambiente, por ejemplo, es mantener un clima de seguridad ciudadana aceptable. Igualmente, un adecuado sistema de justicia contribuiría a la prosperidad de todos los guatemaltecos de manera más efectiva que andar regalando fertilizante, por ejemplo.
Así que la próxima vez que alguien le trate de vender la idea que el gobierno nos sacará de pobres con más gasto público recuerde: vestir un santo desvistiendo a otro no soluciona el problema. El gobierno no crea riqueza porque no produce nada. La inversión privada es la única fuente de prosperidad para los guatemaltecos. Redistribuir los frutos de la inversión es sinónimo de destruir nuestra única fuente de prosperidad.