Los romanos lo consideraban una panacea y lo utilizaban para combatir la melancolía y todo tipo de enfermedades, en Europa Central todavía se emplea para combatir los efectos del alcohol, especialmente del vodka, y sus hojas se emplean en remedios contra la bronquitis y el reuma.
Pero las virtudes de esta crucífera rica en vitaminas, minerales, fibra y fitocompuestos saludables van mucho más allá: las últimas investigaciones han develado el enorme alcance de su potencial preventivo y curativo, que lo convierten en una de las estrellas de la farmacia de los alimentos y uno de los más eficaces y accesibles aliados en la lucha contra el cáncer.
Lo que hay que evitar
El repollo es aconsejable para todo el mundo, siempre teniendo en cuenta que está repleto de celulosa, lo cual le hace algo indigesto y que sus fibras contienen una sustancia que fermenta y puede producir flatulencias.
Además, pese a sus ventajas, las coles están contraindicadas cuando se tienen problemas de gases o digestiones pesadas, o se sigue un tratamiento con medicamentos a base de teofilina, usados para las afecciones respiratorias crónicas, ya que pierden su eficacia, o la mujer que está en periodo de lactancia, porque el sabor de esta verdura puede pasar a la leche y el bebé podría rechazarla.
También se cree que el repollo y otros vegetales crucíferos pueden estar asociados a un leve aumento en el riesgo de que aparezca el bocio.
Propiedades terapéuticas
El repollo es uno de los principales ?alimentos que curan? porque contiene sustancias anticancerígenas como el sulforafano (que estimula al organismo a producir enzimas capaces de combatir el cáncer) y los índoles (los cuales neutralizan la acción de los estrógenos, que estimulan el desarrollo de los tumores).
Esta hortaliza contiene una abundante cantidad de los antioxidantes como el betacaroteno (sustancia precursora de la vitamina ?A?) y vitaminas ?C? y ?E?, que contribuyen al buen funcionamiento del sistema inmunitario y protegen contra diversos cánceres y dolencias cardiacas (una taza de repollo aporta casi el doble de la cantidad diaria recomendada -CDR- de vitamina ?A?, y casi toda la CDR de las ?C? y ?E?).
Además es rico en calcio (alrededor del 10 por ciento de la CDR de calcio, con sólo ingerir una taza de esta hortaliza) y en fibra y potasio (sustancias que influyen positivamente en diversos factores como la presión arterial, la protección contra el cáncer de colon y recto, y la fortaleza ósea), así como vitamina C (contiene tanta como un zumo de limón) y ácido fólico (una vitamina B, fundamental en la dieta de las embarazadas).
El repollo es rico en magnesio y azufre y sólo aporta 25 calorías por 100 gramos si se consume crudo y 15cal/100grm, si está cocido. Según estudios recientes, ingerir repollo crudo, cocido o en chucrut sólo una vez por semana puede ayudar a reducir las posibilidades de padecer cáncer de colon en un 66 por ciento, y como parece que existe una respuesta según la dosis, si se consume repollo más a menudo, se activa su capacidad anticancerosa.
Las crucíferas, de la cual el repollo es el miembro más importante, ofrece más agentes anticancerosos conocidos que cualquier otro vegetal.
En tubos de ensayo, el jugo de repollo impide las mutaciones celulares precancerosas, por lo que se le considera un poderoso antagonista químico del cáncer. Los compuestos anticancerosos del repollo incluyen la clorofila, ciertos flavonoides, y algunos ácidos fenólicos, tales como el cafeico y el ferúlico.
Más años, más salud
En estudios destinados a determinar los alimentos anticancerosos, el repollo aparece regularmente encabezando la lista. Investigaciones en gran escala en Grecia, Japón y EE.UU., lo consideran un extraordinario protector contra el cáncer de colon, señala el especialista francés en medicina y nutrición Jean Carper, autor del libro Una farmacia en tu despensa.
Un estudio que duró un año, efectuado en cinco regiones japonesas, ha develado que el índice más bajo de mortalidad se da entre quienes comen más cantidad de repollo, y seis de cada siete estudios de población en gran escala concluyen que las crucíferas, y entre ellas el repollo, disminuyen el riesgo de padecer cáncer de colon, señala Carper.
Por eso este alimento, cuyos compuestos al aparecer protegen las células contra las primeras degeneraciones celulares que terminan en cáncer, es incluido a menudo en la categoría de los que prolongan la vida.
Para comer mejor
Esta crucífera de invierno cuya temporada va de finales de noviembre a mediados de abril, que es resistente y se conserva bastante tiempo, puede aprovecharse mejor si se siguen ciertas recomendaciones, explican los expertos en nutrición.
El repollo resulta menos flatulento e indigesto. y apropiado para los intestinos sensibles si se cocina en dos tiempos (se le deja cocer primero cinco minutos, se desecha ese agua, y se le vuelve a cocer)
Despide menos olores desagradables al cocinarlo, si se añade al agua de cocción un trozo de pan, cuya miga los absorberá, como si fuera una esponja.
Al elegirla debe pesar en la mano, tener las hojas bien implantadas, y recordar que al cocerlo quedará reducido más o menos a la mitad.
Mientras, para conservar todas las vitaminas y sales minerales no debe dejarse en remojo bastante tiempo y hay que intentar comerlo crudo en ensalada.
Desinféctelo bien: Al igual que a sus familiares (brócoli, coliflor y coles de Bruselas), el repollo debe ser desinfectado antes de consumirlo.
Lávelo antes de introcirlo al refrigerador.
Previo a su preparación, déjelo cinco minutos en remojo en agua con sal y vuélvalo a pasar en agua pura limpia.
De esta manera, eliminará cualquier residuo orgánico que pueda tener.