Vida

Murió Zipacná

En el campo de la crítica, su objetividad prevalecía

El domingo 20 de enero murió Zipacná de León a los 53 años de edad.

El vacío que deja su desaparición en el campo de la plástica sera difícil de remplazar debido a que sus múltiples inquietudes abarcaron variados campos.

Sus amigos conforman una gran familia que lo abrazó en calidad de patriarca, de maestro.

Entre sus aportes más destacados hay que mencionar la coparticipación en la creación de la Bienal de Arte Paiz, las Escuelas Regionales de Arte, la fundación del Museo de Bellas Artes de Occidente Adalberto de León Soto (nombre de su padre quien también fue artista) y la Casa de la Estampa Max Vollemberg o el grupo Trinovación. Amén de la infinidad de catálogos, artículos y libros publicados.

Su labor como promotor llevó a un primer plano a los artistas de occidente. En este sentido se puede decir que, tomando como sede la ciudad de Quetzaltenango, enfocó el interés en los valores que a partir de la década del 70 empezaban su búsqueda dentro de tendencias más contemporáneas. Fue por ello que a través del Programa Permanente de Cultura de la Organización Paiz y las actividades de la Escuela Nacional de Artes Plásticas Rafael Rodríguez Padilla (nombre de su abuelo y fundador de la institución educativa en 1920) dio a conocer autores del calibre de Carlo Marco Castillo, Rolando Aguilar, Rolando Pisquiy o Alfredo García.

Generacionalmente se le puede resaltar de entre importantes nombres como los de los hermanos Guzmán Schwartz, Erwin Guillermo, Alejandro Urrutia, Rolando Ixquiac, Moisés Barrios, entre otros, de quienes documentó y proyectó trabajos desde el principio de sus carreras.

También apoyó con ahínco a jóvenes valores, esto sin tomar en cuenta el esfuerzo que realizó en el reconocimiento de personalidades como las de Juan Antonio Franco, Guillermo Grajeda Mena, Max Saravia Gual, Luis Alvarez, Antonia Matos, entre muchos otros hombres y mujeres valiosos perdidos por la historia de Guatemala.

Como coleccionista estudiaba a fondo lo que adquiría y la mejor manera de darlo a conocer. Aunque enfocó su interés principalmente en la pintura contemporánea y los libros, también se embarcó en la tarea de viajar por la república guatemalteca y asimilar lo que producían sus artistas y artesanos.

Además llegó a entender a profundidad el sincretismo presente en las expresiones culturales de las diferentes regiones del país.

Como artista manejó distintas disciplinas: grabado, dibujo, pintura, cerámica y escultura. Dentro del campo de lo fauvista / expresionista, su plástica se basó principalmente en el estudio de la figura popular transferida a planos metafóricos en los que el color se tornaba relevante debido a la espontaneidad en su aplicación. Sus trazos cortaban los planos por medio de líneas gruesas, para crear imágenes cercanas al hendido xilográfico…

Un último valor hay que adjudicarle a Zipacná de León y es el de la frontalidad con la que asumía lo que le gustaba y lo que no. En el campo de la crítica su objetividad prevalecía.

Adiós Zipacná, gracias por tu amistad y tu afán por enseñar.

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