¿Será que la llegada del general Eduardo Arévalo Lacs al Ministerio de Gobernación demuestra el fracaso de la política de seguridad del presidente, Alfonso Portillo, y del FRG?
Sí, y demuestra que no tenían planes ni equipo humano para brindar seguridad. El nombramiento de Arévalo nos revela la ineptitud, ineficiencia y corruptera que hay en Gobernación.
¿Cree usted que le abre un frente internacional al régimen, por incumplir los acuerdos de paz y debilitar a las instituciones civiles encargadas de la seguridad?
Es un grave error del presidente Portillo. Primero, porque hace cinco años, cuando se firmó la paz, se propuso fortalecer el poder civil, y los nombramientos actuales levantan el tema de la remilitarización.
Además, el enfrentamiento armado es muy reciente y hay heridas que aún no han sanado.
¿Cómo debe interpretarse el nombramiento de Arévalo?
Lo visualizo como que el presidente se vio presionado, por la corrupción y la ineficiencia. También por los niveles de violencia e inseguridad. Sin embargo, lo principal es que quizás Portillo prevé desórdenes y protestas sociales para los próximos meses.
Entonces, para adelantarse a lo que se le viene encima, empieza a recomponer las fuerzas de seguridad civiles y coloca a alguien de su entera confianza, sin importarle el desgaste y los señalamientos.
¿Qué provocaría los eventuales desórdenes?
El grado de deterioro provoca la desesperación en diferentes sectores de la sociedad. La corrupción, ineficiencia y confrontación son propiciadas por el Gobierno y su estructura.
Para algunos guatemaltecos, equivocados o no, la violencia sólo la puede controlar el Ejército. Quizás por ello es previsible que Arévalo tenga algunos logros inmediatos y los cuestionamientos disminuyan.
En el corto plazo vamos a sentir una mejoría en el tema de la seguridad. Eso es natural al colocar al ministro de la Defensa en Gobernación. El va a tener apoyo de la Dirección de Inteligencia -G-2- y mejor colaboración con todos los comandantes militares. Por tanto, tendrá mayor capacidad de respuesta.
Ni más ni menos, militarización.
Por supuesto, en el mediano plazo se debilitarán las organizaciones civiles encargadas de la seguridad y de su preparación. Cuando termine su período y los civiles regresen a dirigir la seguridad, la van a encontrar peor de como está hoy.
Para evitarlo, Portillo y Arévalo deben reflexionar, y no sobreponer la estructura militar a la civil. De lo contrario, en el mediano y largo plazo, todos los guatemaltecos sufriremos por esa miopía.
Por lo que usted dice, es razonable temer por los abusos que pudiera cometer el Ejército contra los civiles.
Está muy reciente lo que ocurrió en el pasado, y si hay más presencia de la estructura militar, es posible que se pueda dar eso. Y no porque se quiera abusar, sino por los errores que se puedan cometer.
Recuerde que durante el gobierno del Partido de Avanzada Nacional, el general Marco Tulio Espinosa dirigió un escuadrón antisecuestros y desbarató bandas. Sin embargo, muchos delincuentes salieron libres por la falta de procedimientos adecuados.
¿A eso se refiere cuando menciona que no se debe sobreponer la estructura militar sobre la civil?
Sí, porque le traerá más desgaste al presidente y al Ejército. Además, se levanta el tema de la militarización y la injerencia de las fuerzas armadas en los organismos civiles.
Aparte de eso, si fracasa Arévalo y le salen mal las cosas, se va a cuestionar la eficiencia del Ejército.
Es obvio que Portillo no va a dar marcha atrás en el nombramiento de Arévalo y otros militares en puestos clave. ¿Qué le puede decir a quienes temen el retorno del Ejército, aunque con oficiales de baja, a las calles?
Debemos hacer presión para que esos nombramientos no se queden con resultados de corto plazo. Se debe exigir al Ministerio de Gobernación que presente planes de mediano y largo plazo, con visión integral y no de coyuntura.
Mientras permanezca la actual estructura militar, se tiene que aprovechar el tiempo para fortalecer la seguridad civil, y no dejarla al margen.
Recomiendo establecer una escuela de oficiales en la Policía Nacional Civil, capacitar personal en temas de inteligencia e investigación, entre otras cosas.