Desde alrededor de las 10 horas empezó a incrementarse la afluencia de visitantes. En los pocos autobuses extraurbanos que dieron servicio en ese ?especial día?, o en vehículos propios, la gente empezó a llegar, provenientes en su mayoría de la capital o de los municipios aledaños.
Ni la crisis económica ni el desvelo de la Nochebuena impidieron que parte de la población asistiera a disfrutar la frescura del mar, pese a que como en años anteriores las condiciones de higiene no fueron las adecuadas en las playas del “puerto”.
Sin seguridad policial
A eso del mediodía aumentó la afluencia de turistas, aunque cada familia o grupos de amigos se las tuvo que ingeniar para cuidar sus bienes, ya que ni en el pueblo ni en las playas hubo presencia policial.
Durante ese día de descanso, los únicos que trabajaron ayer fueron los vendedores de comida y ropa de baño, así como los salvavidas del Seguro Social, quienes durante la mañana no reportaron emergencias.
Otro de los aspectos que no cambió en Puerto San José fue el problema de la basura, ya que por no haber depósitos para los desechos, algunos guatemaltecos optaron por tirarlos en la arena o en el mar. Por ese motivo, en horas de la tarde, la basura empezó a ser más evidente en la playa.
No hubo mucha venta
Aunque la mayoría de restaurantes y comedores abrió al público, no hubo mucha venta, según indicaron algunos de los empleados, debido a que la mayoría de la gente llevó sus propios alimentos.
“La comida cada vez está más cara, por lo cual decidimos prepararla un día antes, por lo que sólo tenemos que comprar aguas o cervezas, aprovechando que hay mucho calor”, indicó Julio Pérez, uno de los visitantes.
Sin embargo, no faltó quienes degustaran de un ceviche o caldo de mariscos, a Q25 ó Q30, acompañado de una cerveza, por Q8.
Quienes sacaron provecho del descanso navideño fueron los propietarios de los parqueos ubicados a orillas de la playa, ya que la mayoría se llenó de vehículos particulares. Los precios por día oscilaron entre Q25 y Q30.
Otro motivo de inconformidad de los visitantes es el muelle de Puerto San José; argumentan que cada día está en peores condiciones, pues la infraestructura está completamente oxidada y la madera está podrida, por lo que tienen que caminar con cuidado para no caer al mar.
