El propósito del análisis es dar a conocer las semejanzas y cómo se ha manifestado la impunidad en esos casos.
En el informe se señala que los tres casos son crímenes políticos. Por ejemplo, en la masacre de Tululché, el comisionado militar Cándido Noriega dirigió a las tropas del Ejército para que cometiera el hecho en el auge de la violencia y de las masacres, en 1982. En lo que se refiere a la masacre de Xamán, se cometió en medio de las negociaciones de paz, poco después de que se iniciaran los retornos de refugiados.
El crimen del político Jorge Carpio fue perpetrado después de que se opusiera al decreto legislativo impulsado durante el gobierno de Jorge Serrano Elías, con el cual se otorgaría amnistía por los crímenes cometidos durante la guerra.
Participación del Estado
Asimismo, el informe indica que en los tres crímenes hubo premeditación, alevosía y ventaja, en la cual participaron agentes del Estado.
Los tres casos fueron clasificados como violaciones a los derechos políticos. Además, desde el inicio se enfrentaron los tres poderes del Estado, ?pues fueron sus agentes quienes cometieron los hechos -elementos del Ejército y patrulleros de Autodefensa Civil?.
La investigación estableció que en los tres casos, las intimidaciones y amenazas fueron evidentes por parte de los agresores.
En los casos Tululché y Carpio, las amenazas llegaron a convertirse en asesinatos contra personas involucradas en el proceso. En el caso Carpio, fueron asesinados un testigo y el policía que había obtenido las órdenes de captura contra uno de los sospechosos.
Asimismo, fue perseguido y agredido el chofer de Karen Fischer, quien fue amedrentada en su residencia.
En el caso Tululché, una de las personas que apoyaba la causa fue secuestrada y torturada. Mientras que en el caso Xamán, fiscales y jueces fueron objeto de amenazas, lo cual provocó que abandonaran el caso.
Obstáculos
La alteración de pruebas y testimonios fueron los principales obstáculos que han afrontado los tres procesos judiciales, agrega el documento.
En el caso Carpio, se perdieron y alteraron evidencias por medio de intimidaciones a testigos, jueces, fiscales y querellantes.
En el proceso de Xamán, se alteró la escena del crimen y se distorsionaron las pruebas; en Tululché, el juez invalidó testimonios presenciales, con la justificación de que los testigos eran familiares de los asesinados.
Otro de los factores que han retrasado los procesos es la presentación de manera excesiva de recursos por parte de la defensa de los sindicados.
Denuncias internacionales
Por los argumentos descritos, los familiares y querellantes de los casos Xamán y Carpio se vieron en la necesidad de presentar las denuncias a nivel internacional, las cuales aún se encuentran por resolver.
Recomendaciones
Mejorar el sistema de administración de justicia, respetar los derechos fundamentales, crear procesos personales y comunitarios de reparación psicosocial, así como proporcionar acompañamiento a las comunidades, fueron las principales recomendaciones del estudio para erradicar el flagelo.
Historia
Tres son los casos que analizó Alianza Contra la Impunidad:
Masacre de Xamán: El 5 de octubre de 1995 una patrulla militar integrada por 26 soldados disparó en contra de pobladores de la comunidad Aurora 8 de Octubre, ubicada en Xamán, Chisec, Alta Verapaz. En el hecho murieron once personas.
Asesinatos en Tululché, en Quiché: Durante 1982 y 1983 se dio un proceso sistemático de muerte, violaciones sexuales y tortura en contra de la población del lugar por parte de integrantes del Ejército.
Asesinato de Jorge Carpio: El 3 de julio de 1993, Carpio Nicolle fue emboscado y asesinado por un grupo de hombres armados en la ruta a Los Encuentros, Chichicastenango. También murieron otras tres personas que acompañaban a la víctima en una gira política.