Los científicos secuenciaron el 98% del genoma de ADN mitocondrial encontrado en el hueso y encontraron que el homínido al que perteneció el fémur vivió en el Pleistoceno Medio. El hueso supera por 300 mil años a la muestra más antigua que previamente se tenía, perteneciente a un Neandertal que vivió hace 100 mil años.
El fémur descubierto provino de un Homo heidelbergensis, un grupo extinto de humanos estrechamente relacionado con los neandertales. Sin embargo, un análisis genético demostró que el dueño del hueso no compartió un ancestro en común con los neandertales, sino con los denisovanos, una misteriosa subespecie humana descubierta en el 2008. Esto es de gran interés para la arqueología ya que los denisovanos inicialmente habitaban Siberia, muy lejos de España.