“Cuando dije que quería terminar con la historia de las dos ciudades lo decía en serio, y lo haremos. Voy a honrar la fe y confianza que han depositado en mí”, expuso De Blasio en una ceremonia en la sede de la alcaldía ante más de mil invitados.
Primer demócrata electo al máximo cargo ejecutivo de Nueva York en 20 años, su llegada al poder genera esperanzas sobre todo en las comunidades hispana y de color de la ciudad —28.6% y 25.5% de los 8.33 millones de neoyorquinos, respectivamente—, que esperan que reduzca la creciente brecha entre ricos y pobres.