Suena creativo hacer una analogía entre el concierto de Luis Miguel y el panorama político y electoral de Guatemala, claro está, con el permiso del gran cantante mexicano. Para empezar, tuve el privilegio de ser invitada especial a este evento musical, que generaba muchas expectativas, primero, por la reciente bioserie de Luis Miguel, la cual relata hechos inéditos de la vida del Sol de México, que han conmovido a sus fanes, porque muestran ese lado humano y duro que pocos conocían. Es fácil prejuzgar a una persona, pero cuando se saben los detalles de lo difícil que ha sido su vida, entonces ya se le ve desde otra óptica.

Sumado a esto, Luis Miguel recientemente había tenido un par de incidentes en ciertos conciertos, así que acá en Guatemala había mucha expectativa sobre cómo se comportaría, ya que la prensa sensacionalista y amarillista se había ensañado con él y habían publicado el veneno de rigor. Pero contrario a todos los pronósticos, el concierto fue fantástico, el Sol lucía espectacular, guapísimo, delgado, y se entregó totalmente al público chapín, amable, cariñoso y sonriente.

Finalmente, Luismi demostró su calidad artística al 100%. Dejó saber que tiene la madera y el talento, una voz espectacular y, a pesar de todos los escándalos maximizados o no, con este concierto se redimió ante un público exigente. ¡Luis Miguel sigues siendo uno de los mejores cantantes del mundo!

Comparativamente a este concierto, está el proceso electoral de Guatemala, muy esperado también, que genera ansiedad y bajas expectativas por parte de casi todos los sectores del país, incluso de la comunidad internacional, porque aducen que el evento se percibe como manipulado. Mucho se dice sobre la intromisión del “Pacto de Corruptos”, que a toda costa quieren evitar la participación de Thelma Aldana.

Influye también una sociedad polarizada sumida en una guerra fría entre derecha e izquierda. Posiciones ideológicas extremistas y la utilización de preceptos morales sacados de contexto para usarlos con fines políticos de manipulación.

Una insana relación de este gobierno con la iglesia evangélica, a la que solo utilizan para manipular a los fanáticos religiosos. Algunos medios de comunicación plegados a los intereses del gobierno actual.

La triste realidad es que en este país no existe la unidad, y si alguien no piensa igual a ellos se convierte automáticamente en un enemigo al que debe aniquilarse. No existe un debate ideológico saludable y constructivo para levantar al país. La desinformación y amarillismo está presente no solo en algunos medios tradicionales, sino en todas las redes sociales, capaces de decapitar a cualquiera.

Estados Unidos envió un claro mensaje a los funcionarios de este gobierno, a través de la magistrada separada del cargo Blanca Stalling, a quien le retiraron la visa y la acusaron de corrupta, aunque ella diga que no le importa.

En la contienda electoral vemos muchas caras de superhéroes de cartón. Pero los ojos están puestos sobre tres mujeres, Thelma, Zury y Sandra. Las dos primeras deben participar y será el pueblo quien tome la decisión de elegirlas o no. Aunque lluevan amparos, que prevalezca la justicia y el poder del pueblo a elegir.

Como en el concierto de Luismi, que dio grandes sorpresas a pesar de los malos pronósticos, así mismo en Guatemala, que tiene un gran potencial en cuanto a recursos naturales, gente buena y trabajadora que quiere un cambio sustancial en la realidad nacional, podría también haber una agradable sorpresa en estas elecciones, que surja un personaje capaz de sacar adelante a este país y que de nuevo caliente el sol para todos los guatemaltecos.