La renuncia de Yuri Giovanni Melini Salguero como candidato de URNG-Winaq inicia el naufragio de la formación parlamentaria. La vieja política se agosta. Los monopolizadores de la dirigencia, al timón del barco que se hunde, no ayudan en achicar el agua.

El gran organizador de la derrota, capitán del desastre, comandante del fracaso, organizador del fiasco y próximamente reelecto secretario general de URNG Maíz, es Casiano Ángel Fernando Sánchez Viesca. Obsesionado con activistas amortizados y partidario del clientelismo, lo mismo que su antecesor, rompe con quien disienta del viejo discurso. Ni siquiera se digna escucharlos. Aplica el ostracismo para quienes aconsejan profundizar el compromiso ideológico, una de cuyas implicaciones es la estrategia electoral.

Hay que reconocer: 1. La unidad real de miles de ciudadanos en favor de la revolución, en la década de 1980, que desembocó en la integración de URNG, ya no existe. Para los que no saben contar, son 33 años; donde el agotamiento de las vidas y dispersión ha jugado un papel importante.

2. Los actuales miembros y votantes de los partidos derivados de aquella gran alianza, cada vez son menos, y se mantienen por inercia.

3. Los diputados poco tienen que ver con los ideales, programa y acción revolucionaria. El oportunismo; cuando no, la traición abierta a ideales revolucionarios, sella su actuación.

4. La subordinación sin cautela ni límite, a cualquier posición de la izquierda latinoamericana, es vergonzosa, pues, a veces, entra en contradicción con posiciones a lo interno del país.

5. El programa de lucha es inexistente, se limita a seguir cuanta manifestación ruidosa contra lo establecido tenga cobertura de medios de comunicación o patrocinio internacional. No hay autonomía para abandonar el rebaño izquierdoso pastoreado por el Gobierno y aparatos paralelos.

6. No se desarrolla ninguna formación ideológica, ni debate de posiciones, sobre la base de la unidad. Por el contrario, la exclusión es la única respuesta para quienes amenazan al líder partidario.

7. Se carece de dirección y no se sabe ¿qué hacer?, frente a la penetración y manipulación de infiltrados.

8. Falta el establecimiento de canales de comunicación leales y permanentes, con otras fuerzas de la izquierda: los reformistas, los pumas, los verdes, la izquierda de la revolución democrática y la izquierda extraparlamentaria perseverante.

9. No hay separación entre la actuación del partido y su desempeño electoral parlamentario. Se asumió la Ley Electoral y de Partidos Políticos como la única guía organizativa.

10. Existe horror a elecciones primarias, a pesar de participar en comicios nacionales. Logreros consiguen más poder, en cada evento.

11. La acción afirmativa en candidaturas electorales tiene retrocesos significativos crecientes.

Mas, en política, no hay palabra final. Un golpe de azar puede cambiarlo todo.

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