PANÓPTICA

Oso y quetzal

FRANCO MARTÍNEZ-MONT *

|

Recientemente el canciller ruso Serguéi Lavrov realizó una gira por Cuba, Colombia, Nicaragua y Guatemala, donde los principales temas abordados fueron la seguridad —combate del narcotráfico—, el comercio —inversiones energéticas— y la cooperación al desarrollo —becas—.

Empero, la lectura crítica de este pasón de revista de la Federación Rusa a Centroamérica y a Guatemala puede analizarse desde dos perspectivas:

a) Ámbito político y geoestratégico: Rusia tiene un interés diplomático de ser observador permanente del Sica y también de la Celac, lo cual le permitiría ampliar su zona de influencia bilateral con los países del Istmo (Nicaragua como enclave de avanzada y sociohistórico), más allá de la relación que ya tiene como país miembro de la Unión Europea con la región a través de la suscripción del Ada, la idea es forzar la integración política de Centro y Sudamérica.

Además, el pujante y líder país de los Brics necesita desde el paradigma neorrealista demostrar presencia e influencia socioterritorial y geopolítica en Centroamérica, ante la inminente implementación del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte impulsado por Estados Unidos, donde el Istmo se convierte en un nicho estratégico por su ubicación geográfica para intereses militares, ambientales, políticos y económicos.

En esencia, estamos asistiendo a una suerte de disputas territoriales post Guerra Fría entre EE. UU. y Rusia, una refriega simbólica de baja intensidad por la búsqueda de legitimidades políticas (recordemos que Rusia ha sufrido un desgaste por su injerencia en Crimea y su conflicto abierto con Ucrania), y por el fracking político de EE. UU. contra Rusia.

Por otro lado, la posible implementación del sistema de extradiciones y cumplimiento de sentencias penales entre ambas naciones, también es de interés soviético.

b) Ámbito económico/comercial: Contrarrestar los embates oligopólicos del capital transnacional estadounidense en el marco del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, esto significa una política comercial agresiva de Rusia para invertir en sectores estratégicos como la energía (oleoductos, gasoductos e hidroeléctricas), transporte e infraestructura multimodal (canales interoceánicos ante la marejada de capitales chinos y estadounidenses), telecomunicaciones, industria extractiva (explotación de reservas de níquel y uranio), e industria bélica (venta de armas para combatir el narcotráfico, un nicho peleado con las armerías yanquis).

No obstante, Rusia busca cumplir con los compromisos asumidos en el Convenio de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones suscrito con Guatemala en 2013, reconociendo que Guatemala produce un 38% del PIB de América Central.

Finalmente, Rusia, como nación líder de la Unión Económica Euroasiática (UEE), además integrada por Armenia, Bielorrusia y Kazajistán, pretende afianzar relaciones comerciales para aumentar las exportaciones de la UEE a Centroamérica.

framont@gmail.com

ESCRITO POR: