Con el tiempo, Sáenz y su socia observaron que crecía la demanda, por lo que decidieron dar vida al concepto de lo que ahora es Atípiquo.
Segunda vida
Las “coloricas”, como denomina Sáenz a sus creaciones, debido a sus llamativos y diversos colores, pueden utilizarse, además, como collares, corbatines, pulseras, cinturones o como la creatividad sugiera.
La materia prima proviene de materiales de “segunda vida”, como retazos de telas y saldos de correas que se emplean en fábricas de calzado.
Inicio complicado
Como en la mayoría de emprendimientos, el proceso de formalización de la empresa fue difícil. “No sabíamos bien qué nos convenía, pues no teníamos los recursos financieros para constituir la sociedad y continuar con la operación de la empresa”, apunta Sáenz
Sin embargo, el apoyo de personas con más experiencia en ciertos temas les ayudó a formalizar el emprendimiento.
Trabajo para madres
La idea siempre fue generar empleo para madres de familia, que a su vez involucraran a sus familiares y conocidas.
Para llegar a esta etapa, Sáenz cuenta que la estandarización de los productos en cuanto a dimensiones y materiales fue un paso decisivo.
En la actualidad, un pequeño grupo de mujeres de Santa Catarina Pinula trabaja para la firma, y según la demanda aumenta el número de empleadas.
Los productos se venden en centros comerciales como Paseo Cayalá, Plaza Cemaco, Mercado de Artesanías, la calle de salida de Antigua Guatemala y por internet.
Por ahora, Sáenz y Penagos trabajan en su nueva línea de productos, en la que esperan incluir artículos masculinos.
Productos artesanales
La empresa ofrece artículos artesanales para ser utilizados como accesorios en la ropa femenina.
Atípiquo surge de la combinación de dos palabras: atípico y status quo, y significa es la mezcla entre lo alternativo y lo cotidiano.
La idea principal es aprovechar las distintas técnicas y materiales artesanales guatemaltecos para crear diseños
contemporáneos.
Tres mujeres de Santa Catarina Pinula, Guatemala, trabajan en la actualidad para Atípiquo.
45 minutos, como mínimo, y hasta 90 minutos, requiere una artesana para elaborar una “colorica” de Atípiquo.
Atípiquo se dedica al diseño y confección de accesorios para mujeres, como diademas, collares o cinturones.