Las intensas precipitaciones de los últimos días han dejado a 366 familias aisladas en la zona este de Sao Paulo después de que el río Tieté, uno de los principales de la ciudad, se desbordara a la altura del distrito Jardim Helena, obligando a los vecinos a utilizar botes para trasladarse.
La Alcaldía de Sao Paulo anunció que adoptará medidas para contener las inundaciones en la región, donde las autoridades hicieron presencia para atender y regularizar a los pobladores.
Entre éstas se encuentra la construcción de un embalse en la zona, lo que obligará a desalojar y trasladar a otra área a las familias establecidas en la región durante las obras del mismo.
El alcalde, Fernando Haddad, subrayó en una rueda de prensa que habrá un mayor control en la zona para impedir que nuevos vecinos se asienten en lecho del río Tieté y garantizó “asistencia y soporte” a las familias afectadas por las inundaciones.
Por aparte, varias regiones de Bolivia quedaron inundadas por la fuerte lluvia, que provocaron 25 muertes desde noviembre y dejaron más de 17 mil familias damnificadas, productores de soja reportaron fuertes pérdidas por sequías en la mayor región agrícola del oriente del país.
Hasta 120 mil hectáreas, 13% del total de la siembra de verano de soya, se ha perdido en los municipios de Pailón y Cuatro Cañadas por la escasez de lluvia. Las pérdidas superan los 50 millones de dólares, dijo el lunes recién pasado a The Associated Press el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas, Demetrio Pérez.
“La lluvia no es general. En varias regiones llovió poco y la humedad arruinó lo que esperábamos salvar” , dijo Pérez por teléfono.
La sequía focalizada en algunas regiones en pleno período lluvioso es cíclica y se registra después de ocho años en esa región al sureste de la provincia de Santa Cruz donde se cultiva hasta un millón de hectáreas de soja, el tercer rubro de exportación después del gas y los minerales.
Expertos y agroindustriales atribuyen los efectos al cambio climático que según Pérez se manifiesta en un clima “más errático e impredecible” .
“Mi padre sembraba siguiendo el almanaque y casi siempre se cumplía, ahora ya no es posible y no estamos suficientemente preparados para afrontar los efectos”, dijo Pérez.
En la región andina, los agricultores reportan pérdidas por heladas, sequías y granizadas que según ellos se han hecho más frecuentes y severas.
En el otro extremo, la lluvia causó desde noviembre recién pasado 25 muertes varias de ellas por el impacto de rayos y riadas. La semana recién pasada una mujer quedó sepultada dentro de su vivienda al derrumbarse un cerro en un centro minero del occidente.
En 2014 ese país fue castigado por la lluvia más severa en décadas, que dejaron 60 muertos y unas 60 mil familias afectadas.
El Servicio Nacional de Meteorología dijo que el período lluvioso se prolongará hasta fines de marzo.