¿Qué cuenta, plata o candidato?
Unido a lo anterior, la multimillonaria inversión en vallas, para comprar millares de spots de radio, televisión y los millonarios costos logísticos de las campañas, es lo que determinaba una elección en Guatemala.
En otras palabras: el que tiene más plata metería más diputados, más alcaldes, y si no mete la pata con alguna burrada imperdonable, las probabilidades de ganar la elección se tornan en predecible certeza.
Había otro elemento adicional convertido en una especie de superstición tradicional en Guatemala: el famoso “le toca”. El candidato que quedó de segundo en la segunda vuelta.
Hasta ahora
Porque ahora hay olor a desconfianza y el entusiasmo se ha tornado en resentimiento. El discurso está agotado y al elector le atrae vengarse con el voto. Ahora, merced a una serie de innovaciones en la comunicación, las redes sociales y los 22 millones de teléfonos que están prendidos en el éter, ha cambiado la ecuación.
Es de ahí donde surge la teoría del tercero en discordia. El gallo tapado, el dark horse, como se describe en inglés al caballo que en las carreras no tiene “en la mentalidad de los apostadores” el menor chance de ganar. Pero gana
Una sola vez ha pasado en Guatemala. Cuando Jorge Serrano gana las elecciones contra Jorge Carpio Nicolle, quien lideraba las encuestas por muchos puntos. Los movimientos en la segunda vuelta le dieron el triunfo.
Eran otras épocas, pero aconteció. Ahora son otras las variables que aparecen en el cuadro electoral que apenas hace cuatro años no existían. El elector está más informado. El aislamiento se ha transformado en relaciones multipersonales.
Las noticias viajan a la luz de un mensaje de texto. Hay una masa de votantes con discernimiento y criterio. Saben cómo está el país, para dónde va, quién puede sacarlo adelante y quién no. Esas luces no existían en el vacío del pasado.
Hay mucha razón en calificar de absurdo e inmoral el sistema electoral de Guatemala. Invertir Q800 millones en un país con indicadores tan vergonzosos en desnutrición infantil, con el último lugar en desarrollo humano de la región; con ocho pobres por cada 10 habitantes.
Con una situación de inseguridad que conlleva costos económicos abrumadores, equivalentes al 7.7 por ciento de su Producto Interno Bruto, y lo peor, y más vergonzoso, con un gasto público tan opaco, ineficiente y corrupto que se traga hasta el 20 por ciento del presupuesto general de la Nación. La bicoca de más de Q15 mil millones al año.
El día que salga un candidato, con un equipo de trabajo idóneo, sin compromisos de pagos políticos de campaña, con un plan de gobierno viable, con comprobada honestidad, capacidad y desempeño
Algo nuevo va a pasar
alfredkalt@gmail.com