Esta victoria en la penúltima ronda de Australia supone para Murray su regreso al más alto nivel del tenis mundial, después de no haberse clasificado para una final del Grand Slam desde que fuera operado de la espalda en septiembre de 2013.
Vencedor del US Open en 2012 y de Wimbledon en 2013, Murray nunca ganó en Australia, donde disputó la final en 2010, 2011 y 2013.
Berdych llegaba a las semifinales con el espaldarazo que le supuso haber apeado al español Rafael Nadal en cuartos. Pero tras un set que se decantó del lado del checo en el tie break, Murrayimpuso su defensa de hierro y el ritmo y la potencia de sus intercambios para lograr la victoria.