Las sanciones occidentales y la caída de los precios de petróleo, una importante fuente de divisas para Rusia, han hundido su economía en la recesión y, esta semana, la agencia calificadora degradó su deuda soberana a la categoría especulativa. El descenso de su nota crediticia ahuyentó aún más a los inversores occidentales, devolviendo al país al nivel de riesgo que tenía al comienzo del gobierno de Putin.
Sin embargo, estas presiones, que querían influir en la política de Moscú con la finalidad de alcanzar un acuerdo de paz en un conflicto que ha dejado más de cinco mil muertos desde abril, no parecen haber alterado el tono de Putin ni han socavado la confianza que tienen los rusos en su presidente.
Durante el fin de semana, un ataque con cohetes dejó al menos 30 civiles muertos en el estratégico puerto de Mariúpol, en el este separatista prorruso de Ucrania, que permite el acceso a la península de Crimea y que es la última gran ciudad que controla el Gobierno ucraniano en esta zona.
Si bien los rebeldes niegan su responsabilidad sobre la muerte de los civiles, observadores internacionales afirman que los cohetes fueron lanzados desde su campo.
Poroshenko dijo este miércoles que envió una carta a Putin para pedirle que Moscú ejerza un control de los combatientes prorrusos. “El lunes, le envié una carta al presidente Putin cuyos principales puntos son la petición de que haya un cese al fuego, la implementación de los acuerdos de Minsk y la liberación de Nadezhda (Nadia) Savchenko”, informó la presidencia.
La piloto ucraniana Nadia Savchenko afirma que fue secuestrada por rebeldes prorrusos en Ucrania antes de ser enviada a Moscú. Está acusada de haber participado en un ataque que provocó la muerte de dos periodista rusos en junio.
Ayuda estadounidense
No hubo una reacción inmediata del Kremlin a la carta enviada por Poroshenko, pero esta semana Putin acusó al Ejército ucraniano de ser la “legión extranjera de la OTAN” utilizada por los occidentales para “contener” a Rusia.
Si bien Lew dijo en una visita a Kiev que su país preferiría distender la situación, aclaró que están listos para endurecer las sanciones, si la situación lo amerita. “Estamos listos a hacer más si es necesario. Para terminar esto vamos a seguir trabajando con nuestros aliados para aumentar la presión sobre Rusia”, afirmó a la prensa tras reunirse con su homóloga ucraniana, Natalie Jaresko.
“Al mismo tiempo hemos sido claros desde el principio: si Moscú implementa las obligaciones contraídas tras los acuerdos de Minsk, las sanciones podrían ser suavizadas”, agregó Lew. También le dijo a Jaresko que Washington puede aportar hasta 3.000 millones de dólares para aliviar la golpeada economía ucraniana.
Moscú niega otorgar ayuda a los rebeldes y afirma que las medidas adoptadas por EEUU y la Unión Europea son un intento de debilitar al país.