La inquietud lo llevó a indagar más sobre la elaboración de vino, y en la actualidad, además de mora, utiliza café, anís y ciruela. También, está en fase de prueba con la uva.
El emprendedor contó que el vino de café y mora es el que tiene más demanda.
Quizás inspirado en el nombre de una marca famosa, Hernández creó la propia: Casillero Santiago.
Lo de Santiago es en honor del volcán Santiaguito, pues en sus alrededores se cultiva la mayor parte de la fruta que el joven utiliza para la producción del vino.
La fórmula
La fermentación de las frutas se logra luego de haberlas licuado, a excepción del café, que se hierve.
Después se almacenan los jugos en toneles de plástico y se dejan tapados durante dos meses, para que se fermente su contenido.
Luego de esa fase, Hernández pasa los jugos a otros recipientes, donde los deja en reposo por un mes para que se separen del sorbo o sedimento, el cual vende como vinagre de cocina.
Más adelante efectúa el llenado de botella, para lo cual usa una bomba eléctrica, y después les coloca el corcho o tapón, para luego etiquetarlos.
Hernández deja reposar las botellas dos días más, antes de hacer una captación para determinar el olor, espesor, aroma, acidez y cuerpo del vino.
El emprendedor expuso que busca distribuir su producto a otras regiones y conquistar otros mercados.