La ventana de Malthus

Malthus tuvo influencia de David Ricardo y Sismondi, y a su vez influyó en el trabajo de personajes como Darwin, Marx, Keynes y Mao.

Malthus cobró prominencia con la publicación de Un ensayo sobre el principio de población (1798) y desde entonces su pensamiento ha tenido mucha relevancia en los campos de la economía política y la demografía. En su forma más elemental, el argumento de Malthus es que la población se multiplica de forma geométrica y la producción de alimentos crece de manera aritmética: la población crece a un ritmo mayor que la producción.

Pensaba que las hambrunas y enfermedades serían un freno al crecimiento demográfico, lo que se conoce como la catástrofe malthusiana. Para Malthus, dado que  la población de trabajadores crece más rápidamente que la producción de alimentos, esto ocasiona que disminuya el salario real.  Dos corolarios de esta cosmovisión son que a medida de que la sociedad avanza,  “no alcanza”, y  los pobres se vuelven más pobres.

Llamo la ventana de Malthus a esta forma de entender el mundo: el valor, el bienestar y la riqueza son finitos y la dinámica social consiste en que unos le quitan a otros. Este paradigma, de lucha de clases e infinito conflicto, ve la sociedad como lo que Manuel Ayau llamaba un juego de suma cero: el progreso de unos es a costa de otros, quienes mejoran lo hacen a costillas de los pobres, el que logra riqueza es porque se la ha “quitado” a los pobres. En el fondo, la visión de Thomas Pickety es malthusiana, como lo son las promulgaciones de analistas sociales que ven la pobreza como un producto de la “privatización de la riqueza”.  

Ciertamente el malthusianismo tiene lugar en formas de organización social extractivas predominantes en la historia, como el feudalismo, el socialismo y el estatismo absolutista. La humanidad ha pasado por una dramática transformación en los últimos dos siglos, inimaginable por Malthus. El mundo moderno es producto de la ética de la libertad individual  y su corolario, el capitalismo comercial, un proceso que crea valor basado en el intercambio voluntario y no en la extracción violenta. El derecho individual, la propiedad y el comercio  conforman el fenómeno que ha elevado el nivel de vida de la humanidad y que ha impulsado el progreso a niveles insospechados.

Durante mi tiempo de vida, el ingreso per cápita real de la persona promedio en el mundo se ha triplicado, la esperanza de vida ha aumentado en un tercio y la mortalidad infantil ha disminuido por dos tercios. Nunca en la historia de la humanidad  ha habido tanto progreso tan rápido, como en los últimos dos siglos. Pero esto no ha sido merced de los malthusianos extractivos de siempre. Falta por hacer, mucho, que no se logrará reprimiendo la más potente fuerza de progreso que se ha conocido en la historia.

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ESCRITO POR:

Fritz Thomas

Doctor en Economía y profesor universitario. Fue gerente de la Bolsa de Valores Nacional, de Maya Holdings, Ltd., y cofundador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).