Escenario

La búsqueda de Cervantes comienza nuevamente

El equipo que busca los restos de Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde se cree que fue enterrado, comenzará este fin de semana a limpiar y acondicionar la cripta para poder seguir después con la búsqueda de restos óseos que puedan corresponderse con los del escritor.

MADRID– Según explicó el georradarista Luis Avial, se accederá a la cripta -a unos cinco metros de profundidad y de 70 metros cuadrados- junto con el forense Francisco Etxeberria y un equipo técnico que se encargará de retirar escombros y realizar unas pequeñas pruebas de georradar, termografía infrarroja y fotografía.

Las labores se prolongarán durante toda la semana que viene la cripta estará cerrada con el objetivo de que repose el polvo levantado y no entre así en contacto con los restos óseos susceptibles de extraerse de alguna de la treintena de nichos de la cripta.

Dirigida por Etxeberria y Avial, en esta segunda fase de la búsqueda del autor del Quijote trabajarán una treintena de especialistas en intervención arqueológica, infografía y fotorradar, análisis antropológico de los restos y estudio de textiles.

Entre ellos se encuentra el alpinista Asier Izaguirre, que además de haber ayudado a Edurne Pasabán a trepar hasta la cima de varios “ochomiles”, es técnico de la Sociedad de Ciencias Arazandi (dirigida por el forense Etxeberria) y colabora de forma habitual con Avial y Etxeberria en proyectos de recuperación de restos óseos en puntos inaccesibles.

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“Izaguirre es un recurso humano más del proyecto: si necesitamos acceder a un espacio pequeño y confinado no me puedo meter yo, que soy una especie de pato, y él es pequeñito, está fibrado y es experto en entrar a recovecos inaccesibles”, explica a Efe Luis Avial.

En principio, está previsto el descenso del alpinista a la cripta para introducir el cableado de una microcámara que permita observar los restos óseos allí depositados.

Asier Izaguirre es un miembro más del equipo, un recurso humano que podemos necesitar de la misma manera que tenemos una experta en ropa funeraria o un forense especialista en los impactos por arma de fuego”, relata Avial.

Tras este limpiado de la cripta que comienza mañana, el 23 de enero se presentará oficialmente en una rueda de prensa la segunda fase del proyecto, que consiste en comprobar si en alguna de los nichos hay restos compatibles con los de alguien con las características del escritor, en cuyo caso se sacarán de la iglesia para ser analizados.

La mejor ayuda que tendrán los expertos se la dio el propio escritor, quien en el prólogo de sus “Novelas ejemplares” dejó un retrato de sí mismo, con pistas que sería posible identificar aunque haya pasado mucho tiempo.

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“Éste que veis aquí, de rostro aguileño (…), de nariz corva, aunque bien proporcionada (…) los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos estremos, ni grande, ni pequeño (…) algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies (…)”, escribió.

Y si no se encuentra rastro del padre del Quijote en los nichos de cripta, se seguirán pidiendo autorizaciones para rastrear los otros cinco puntos donde podría estar enterrado, uno de ellos en el el suelo de la cripta y otros cuatro en los que es más difícil intervenir porque están en el suelo de la iglesia, clasificada como bien de interés cultural (BIC).

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Los investigadores pretendían hacer coincidir la localización de Cervantes con dos aniversarios muy importantes: el cuarto centenario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, en 2015, y los 400 años de su muerte, en 2016.

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