Escenario

Ideas que perduran; exposición en el Munae

El Popol Wuj,  libro sagrado de los k'iche's, ha  inspirado  la elaboración de objetos de arte   y de la espiritualidad de la cultura maya, desde el período Preclásico Medio, que transcurrió entre los años 800 al  350 antes de Cristo hasta nuestros días.

El arqueólogo Henry Rodríguez  sostiene una figurilla maya del Clásico Tardío (l600-900 d. C.). (Foto Prensa Libre: EDWIN CASTRO)

El arqueólogo Henry Rodríguez  sostiene una figurilla maya del Clásico Tardío (l600-900 d. C.). (Foto Prensa Libre: EDWIN CASTRO)

Dispuesta en un espacio de paredes amarillas que recuerdan el color del petate de tul,  la  muestra “Entre la memoria y la creatividad”  reúne 42 vestigios, entre vasijas, cuencos, figurillas y artículos etnológicos, y 22 acuarelas del artista mexicano Jesús Mora. La exposición abrió recientemente  en el salón Dora Guerra de González, del Museo Nacional de Arqueología y Etnología (Munae).

Siempre actual

“El   Popol Wuj  es un valioso aporte de la literatura maya prehispánica y  de la memoria oral que se plasmó en el papel en el siglo XVI, aunque el ejemplar más antiguo que se conoce de este libro tiene aproximadamente  300 años”, explica el arqueólogo Daniel Aquino, director del Munae.

El Popol Wuj narra la creación de todo lo que conocemos, los valles y los ríos, los animales y los seres humanos, que solo se logró con la creación de los hombres de maíz. Los ajq’ijab’ consideran que la creación fue un proceso evolutivo de perfeccionamiento, en el cual  el diálogo fue parte principal de la energía inmaterial que intervino.

Las  historias y enseñanzas de este libro sagrado son muy antiguas,  pero están presentes con mucha vida. Aquino expone como ejemplo el caso de una  ofrenda descubierta en el sitio arqueológico Cibal,  al norte de  Petén, consistente en varias piedras y hachas de jade, fechadas hacia el año 800 antes de Cristo, por estudios de laboratorio de carbono 14; es decir,  tienen  casi tres mil años de antigüedad.

“Representan los cuatro puntos cardinales,  con  una piedra al centro  que simboliza el lugar donde vivimos”, refiere. Esto significa que ya en esa época  existía el concepto de los rumbos del universo que se citan en el Popol Wuj,  y que ha llegado a la actualidad. Basta   observar una ceremonia religiosa maya en la que se  reverencian  los cuatro puntos cósmicos”, dice.

Video y acuarelas

Esta muestra incluye  la proyección de un video  titulado El Popol Wuj, el libro de la sabiduría,     producido por   Olga Xicará, investigadora de  Patrimonio Cultural y  Natural, la Academia de   Lenguas Mayas y TV Maya.  El video recoge la opinión de especialistas de arte, cultura,  literatura e  historia, acerca de la milenaria obra.

Jesús Mora, artista  visual mexicano residente en Canadá,  presenta 22 acuarelas basadas en un estudio y análisis  de la sabiduría ancestral maya.

Visita

La exposición está abierta  de   martes a viernes,  de 9 a 16 horas, y sábado y domingo, de 9 a  12 y de  13.30 a 16 horas.  El Munae está situado en la finca La Aurora, zona 13.

Libro del consejo

El Popol Wuj es una recopilación de narraciones míticas e históricas del pueblo k’iche’.

Sobrevivió a  la destrucción de  códices  durante la Colonia.

Fray Francisco  Ximénez transcribió y tradujo el texto  hacia 1715.

El abate  Charles Étienne Brasseur de Bourbourg lo tradujo al francés, en 1861.

Contiene  temas como la creación del  hombre, ascendencia, historia y cosmología.

Ha sido  traducido a 10 idiomas.

Fue declarado  Patrimonio Cultural de la Nación en  el 2012 y es parte de la memoria del mundo.

Están vigentes

La mitología y la historia se funden en el Popol Wuj.

Símbolo de autoridad

Los   gobernantes mayas se sentaban en un pot, tradición que mantienen los principales   indígenas en la actualidad.

El cielo en un textil

Los héroes   Junajpu e Xbalamke se convirtieron en el Sol y la  Luna, y los 400 muchachos,      en constelaciones.

Rumbos del universo

Los cuatro  puntos cardinales están representados por  estas piedras y hachas de jade (800 años a. C.). La ofrenda tiene  relación con el dios del maíz.

Xibalbá

La figura  descarnada representa a  la muerte que habita en el inframundo. Tallada hacia los años  600-1000 d. C.

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