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Guatemala jugaría las eliminatorias en Estados Unidos

Cerca  de iniciar el  2015,   año que Guatemala  inicia  el camino rumbo a la Copa del Mundo de Rusia 2018, se abre la incógnita sobre el tema de la restricción que pasa sobre  el estadio Mateo Flores, que hasta noviembre de este año la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) amplió el aforo de cuatro mil 72 personas  a 12 mil 500, lejos de los 28 mil 600 que fue permitido para los juegos de Brasil 2014.

Ante ello, la Federación Nacional de Futbol, dirigida por su presidente Brayan Jiménez, tiene sobre la mesa un “plan B”, que sería jugar las eliminatorias en Los Ángeles, California, o Nueva York, ambas ciudades de Estados Unidos.

 

 

“Mi prioridad es que Guatemala juegue con su público las eliminatorias. Si las restricciones se mantienen tenemos como ‘plan B’  jugar en Estados Unidos”, explicó ayer Jiménez, en una entrevista vía telefónica.

 

 

Jiménez  también reprobó la actitud de las autoridades que intervienen en el manejo y el cuidado  del estadio Mateo Flores, en este caso la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG), porque, “no se ponen de acuerdo en los arreglos”,  que en julio del año pasado realizó la Conred, cuando redujo el aforo de 21 mil a cuatro mil 72 asistentes.

 

 

“El presidente de la Fedefutbol está preocupado porque no se ponen de acuerdo las autoridades en los arreglos, —ellos— se tiran la chibolita y ha sido el principal factor que no se amplíe el aforo”, dijo.

 

 

Pese a que Jiménez recordó que el estadio Cementos Progreso tiene la certificación para jugar partidos de la  Fifa, lo descartó  para programar los duelos de eliminatoria,  así como los escenarios en  los departamentos, como el Carlos Salazar hijo, en Mazatenango o el Israel Barrios, de Coatepeque.

 

 

LA PROBLEMÁTICA

 

 

 Después de 17 años de la muerte de 83 aficionados en el Mateo Flores, por una avalancha humana, la Conred tomó cartas en el asunto en el 2013, cuando en junio de ese año realizó una evaluación técnica.

 

 

La vulnerabilidad estructural del estadio  obligaron a realizar cuatro mejoras  para devolver el aforo acostumbrado: cambio de rampas inferiores por graderíos, ampliación de pasillo existentes —pasaron de 1.60 a 4  metros de ancho—, agregaron  siete salidas de emergencia —ahora hay 19, de los graderíos al campo, 10 al exterior y solo una mayor del campo al exterior— y eliminaron  las persianas metálicas de las puertas.

 

 

Hasta el momento el trabajo  avanza a paso lento, se ha realizado la ampliación en los pasillos con sus pasamanos en la localidad de preferencia. 

 

 

Se intentó obtener información de Sergio Godoy, subgerente de infraestructura de la  CDAG,  y de Dennis Alonzo, presidente del mismo ente, pero no respondieron las constantes llamadas a sus celulares.

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