Creamos el tiempo
La historia cuenta que, en un pueblito asentado entre las montañas, vivía un viejo sabio. Sus enseñanzas guiaban a la gente. Siempre respondía acertadamente a los problemas que le consultaban, por eso era muy querido y respetado en la comunidad. Una mañana llegaron dos jóvenes con el propósito de engañarlo. Los muchachos habían atrapado a un pajarito. Lo llevaron frente al anciano y le preguntaron: ¿Este pájaro, que tenemos entre las manos, está vivo o está muerto? Si el viejo respondía que estaba vivo, lo aplastarían para demostrarle que se había equivocado; si respondía que estaba muerto, lo soltarían para que volara libre otra vez. El viejo sabio al escuchar la pregunta los miró profundamente y con humilde seguridad les dijo : “en realidad, el pájaro, está en las manos de ustedes.”
¿A qué se refería el anciano sabio? La reflexión y las conclusiones son de ustedes, estimados amigos. Yo comento en voz alta mi opinión. “Los momentos crean el tiempo. Sin embargo, cada momento que vivimos es una elección nuestra,” susurró el Clarinero. Nadie más que nosotros elige las batallas que enfrentamos en la vida. Las circunstancias que vivimos las hemos creado nosotros mismos. Es por ello tan importante cobrar conciencia del poder que tienen nuestras decisiones.
Caroline Myss, en su libro: Invisibles actos de poder, comenta que: “Desde una perspectiva metafísica, cuando tomamos una decisión convertimos la energía en materia, nuestro pensamiento cobra forma. Ese acto de alquimia lo realizamos mil veces al día, desde que elegimos el traje que nos pondremos, hasta cuando ayudamos a un colega que lo necesita”. De acuerdo a Caroline, “aprender a manejar la capacidad de elección que tenemos es sinónimo de la “correcta acción” que Buda enseñó. Apela a vivir desde los valores más altos, como la integridad, el amor, la justicia, la tolerancia, la compasión.
He pensado muchas veces que la mayoría de las decisiones las tomamos de manera inconsciente. Si carecemos de un código de valores que guíe a nuestro ser, es probable que en los momentos difíciles, que todos atravesamos en la vida, tomemos decisiones que afectarán nuestra vida y las de nuestros seres queridos para siempre.
Como la historia de este hombre sabio nos enseña, cada uno de nosotros tiene un pájaro vivo o muerto en sus manos, somos nosotros los que creamos o matamos la vida a nuestro alcance. Si tenemos el coraje que la vida siga, que posea un propósito valioso, esa decisión creará momentos para nosotros y para el mundo que está a nuestro cargo. Termino con las palabras de Marianne Williamson: “Nuestro mayor miedo no es ser incorrectos. Nuestro mayor miedo es reconocer que tenemos un gran poder, más allá de lo que podemos medir. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que más nos atemoriza.” ¡Feliz año!