El vecino Juan Carlos Villalobos comentó que el mal olor afecta a unas cien familias. Cuando fue instalada la planta, las autoridades dijeron que esta no emitiría malos olores, por lo que residentes consideran que funciona mal y es urgente su reparación.
Villalobos indicó que esta situación causa gran cantidad de moscas y mosquitos, lo que representa riesgo de epidemias, pues algunos pobladores han padecido problemas gastrointestinales.
Israel Juncayá, integrante del Comité Comunitario de Desarrollo del barrio Juncayá, expuso que desde hace cinco meses han sido afectados por el mal funcionamiento de la planta, porque no se le da el mantenimiento adecuado.
El alcalde, Abrahán Mayén, manifestó que está comprometido en arreglar el problema, pero es necesario también que los residentes colaboren y faciliten las gestiones y proceso.
Iván Azurdia, de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago Atitlán y su Entorno (Amsclae), resaltó que para solucionar el problema se han hecho tres peritajes, principalmente en conexiones que habían colapsado por desastres naturales.
El funcionario espera el informe de técnicos que efectuaron el peritaje, por parte del Instituto de Fomento Municipal e ingenieros de la Usac.
Agregó que otro de los avances que tienen es la cotización para aislar el cuarto de máquinas para reducir el ruido, con un costo de Q81 mil; asimismo, a principio del año próximo, la comuna financiará la construcción de otro patio de secado de lodos, con una inversión de Q350 mil.
El funcionario indicó que también se investiga sobre conexiones ilícitas de vecinos que ingresan aguas pluviales a la planta de manera ilegal.
Añadió que se espera que la planta funcione normalmente a más tardar en febrero del 2015.