Los testigos señalaron que momentos después de la detonación, varios uniformados salieron corriendo del lugar; cubriéndose la cara con pañuelos y gritando que les ardían los ojos y tenían nauseas.
Bomberos voluntarios de Retalhuleu fueron alertados, por la PNC y vecinos, indicando que posiblemente había elementos uniformados con problemas respiratorios y estomacales, pero al llegar los socorristas los agentes de la PNC les informaron que se atenderían por su propia cuenta.
Haraldo Aguirre, jefe de la comisaria número 34 de la PNC, indicó que desconoce qué fue lo que sucedió, pero harán las averiguaciones correspondientes.