Carvalho es brasileño, y tiene dos años de vivir en Guatemala, país donde sabe que existe una paupérrima pasión por la lectura.
“Uno de cada cien guatemaltecos lee por placer”, explica este periodista de 27 años, quien con el afán de cambiar esa realidad ideó regalar las obras que él leyó durante este año.
Planteó la idea a sus amigos y consiguió que le donaran otros libros, a los cuales adjuntó una dedicatoria para motivar a la lectura.
Libros liberados
Carvalho reunió 35 obras y dispuso dejarlas en las bancas de la Avenida de Las Américas, El Obelisco y centros comerciales.
El mensaje que acompañaba cada ejemplar era: “Disfruta de este libro. Cuéntanos en dónde lo encontraste y qué te pareció la lectura. Escríbenos a librosinpolvo@gmail.com y ayúdanos a que nuestros libros no estén juntando polvo”.
“Leer estimula la creatividad; además, a mí me relaja y alivia el estrés diario. Por eso quiero que sea de ayuda también para los guatemaltecos”, afirma.
* Con información de Imer Lucero