Sus inicios en el Banguat se remontan a 1979, cuando su tarea era vigilar el ingreso de personal y el pago de planillas.
Es el quinto de seis hermanos y recuerda su infancia cuando salía a “barranquear” en la colonia Atlántida, zona 18, donde creció y cursó la primaria.
También rememora sus estudios en el Instituto Rafael Aqueche y la Escuela Nacional Central de Ciencias Comerciales de donde se graduó de diversificado.
El momento más difícil, refirió, fue en el 2006 tras la escasez de papel moneda en el mercado, las intervenciones de bancos del sistema y los efectos de la crisis global en el 2008.
Se suele decir que los banqueros son muy tacaños. ¿Por qué razón?
En toda sociedad se debe impulsar el ahorro porque es importante, y esa práctica hay que inculcarla desde la niñez, para enfrentar los momentos de crisis. Esa reserva siempre es útil para afrontar las debacles y por esas circunstancias se denomina así a algunos banqueros.
¿Qué recuerda de su infancia?
Crecí en la colonia Atlántida, zona 18, y en la zona 1. Recuerdo de la primaria a los profesores Graciela Flores de Tercero, Sonia Gudiel y Luis Navarro, que forjaron mi preparación primaria, sobre todo al inculcarme valores.
La oportunidad de crecer en ese barrio del norte de la Ciudad permitió compartir con los vecinos del sector las áreas poco habitadas y era muy común salir a “barranquear” e ir a las montañas del sector para cortar guayabas y nísperos.
¿Dónde estudió?
La primaria en la escuela Felisa Soto Montenegro, zona 18 (1966-1971), la secundaria en el Instituto Rafael Aqueche (1972-1974) y el diversificado en la Escuela Nacional Central de Ciencias Comerciales (1975-1977).
¿Qué travesura recuerda de su infancia?
Para la Semana Santa o vacaciones viajábamos a Puerto Barrios y con uno de mis primos salíamos en un cayuco al mar. Cuando mi mamá se enteró que estábamos cerca de la boya donde comienza el mar abierto, se asustó. Yo tenía 12 años.
¿Cuál fue su primer paso en el Banguat?
Empecé a trabajar el 25 de junio de 1979, previamente había estado en la empresa de alimentos Kerns de Guatemala, en la ruta al Atlántico.
Ingresé al Departamento de Personal como encargado de tomar la asistencia y llevar el control de la puntualidad. Cuando alguno incumplía con el horario me correspondía preparar las amonestaciones para los colegas.
¿Cuál fue su primer cheque?
En el Banguat me pagaron Q285 y era mucho dinero en relación a los Q175 que recibía en la otra empresa.
¿Cómo fue su trayectoria como técnico?
Fui analista de cuentas nacionales del Departamento de Estudios Económicos y estuve a cargo de los análisis del sector financiero y servicios,
y una serie de cargos en esa área.
Estudiaba la carrera de Administración de Empresas en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), y al cerrar el área común, decidí optar por Economía, en 1983.
Uno de los deseos de los estudiantes de Economía era poder llegar a ese departamento, porque era donde se realizaba el análisis de la macroeconomía —estudio de la economía y sus variables—.
¿En su mente pasó que alguna vez sería presidente del Banguat?
Para hacerle honesto no. En principio estaba estudiando Administración de Empresas; sin embargo, tuve la oportunidad de conocer a guías que fueron despertando el interés por estudiar Economía, como Roberto Cordón.
En los años de 1990 vino a la presidencia del Banguat Federico Linares, quien traía un impulso para implementar un plan de ajuste de estabilización y fomentó en mí ese estudio.
En ese tiempo se trabajaba intensamente para contribuir a moderar los efectos de la inflación que en ese año llegó al 60 por ciento; nos dio la posibilidad de trabajar y dar más; pero pensar en dirigir la institución como tal, nunca pasó por mi mente.
¿Cuáles son sus pensadores económicos favoritos?
Hay diferentes personalidades, pero los referentes son Milton Friedman, John Kenneth Galbraith, Roberth Mundell y Carmen Reinhart, entre otros, que dentro de la manera de ver la economía tienen planteamientos interesantes.
Estudié en la Usac y leía a otros que tienen una orientación socialista, pero lo importante no es tanto qué tipo de pensamiento o escuela se conoce, sino cómo se pueden conjugar los diferentes elementos de pensamiento para tratar de aplicar cada uno de ellos dentro de los análisis que se hacen y las propuestas que en algún momento se tienen que hacer.
¿Qué teoría económica se aplica para Guatemala?
La Constitución establece ciertas garantías y la econo mía se sustenta en el principio de la propiedad privada, y eso quiere decir que se respeta la propiedad privada y las decisiones de mercado.
Tenemos un Estado que es regulador de ciertas actividades y, por lo tanto, hay una combinación de formas de pensamiento garantizadas dentro de la misma Carta Magna. En la práctica vemos diferentes formas de pensamiento.
¿Cuándo fue la última vez que cotejó precios en el mercado?
Fue en 1987 y en bus urbano. Íbamos a cotejar precios en los mercados de la zona 6, Mixco y Villa Nueva. Ahora con mi esposa voy al supermercado y veo si están de acuerdo con los que se verifican en el Banguat.
Hoja de vida -Es economista egresado de la Usac-
Ha ocupado en tres ocasiones la Vicepresidencia del Banguat y de la Junta Monetaria.
Fungió como asesor principal en el Ministerio de Finanzas.
Fue representante de los países centroamericanos en el el Directorio del Fondo Monetario Internacional en Washington DC.
Laboró para el Banco Centroamericano de Integración Económica.
Respuestas Rápidas
Pobreza: tristeza
Deuda: desorden
Quetzal: símbolo monetario fuerte
Junta Monetaria: foro colegiado importante
Dios: el poder sobrenatural
Karl Marx: economista con preocupación sobre equidad
Wall Street: mercado especulativo
RCrisis: momento de búsqueda de oportunidades .
decisiones en política monetaria – Momentos difíciles –
Aunque ha pasado las más variadas vicisitudes, Suárez dijo que entre las más difíciles estuvieron el fallecimiento de su madre, en 1981, y de su padre, en el 2004.
En el campo laboral fueron las intervenciones de Banco del Café, la escasez de papel moneda en el 2006 y la intervención del Banco de Comercio en
el 2007. “La falta de papel moneda no ameritaba solo mandar a traer dinero. Aprendimos a prepararnos para el futuro. La experiencia que ganamos fue ser más precavidos”, afirmó.
Suárez reconoce que el sistema de pago de la deuda de Guatemala funcionó y la economía no se vio impactada por esa escasez.
Sobre las decisiones de las intervenciones bancarias, señaló que se requiere de un temple para poderlas adoptar, pensando en proteger el ahorro nacional. “Al adoptar las decisiones a tiempo se pudo proteger a los depositantes y ninguno se vio impactado. Son decisiones que nadie quiere tomar”, apuntó.
Aseguró que la responsabilidad al asumir este tipo de cargos es velar por el ahorro y el cumplimiento de la ley.
En el 2006, rememoró, comenzó el fenómeno de la crisis financiera y económica mundial que obligó a entender y mitigar esos efectos.
“Enfrentábamos el problema de la estabilidad financiera bancaria, estabilidad de precios y de los sistemas de pago de la deuda”, añadió
Suárez.
Aun en esas condiciones —planteó— en Guatemala no hubo deterioro en los indicadores macroeconómicos y esa situación se pudo manejar de forma exitosa. “Se analizaron las posibles decisiones en materia de política económica y se adoptaron las menos dañinas para la sociedad”, subrayó.