Kendall, aquella tímida adolescente que aparecía desde los 11 años en los programas de telerrealidad de la familia Kardashian, estará pronto en todos lados: revistas, afiches o spots publicitarios para alabar las cremas y maquillajes del gigante estadounidense de los cosméticos.
La empresa rechazó desvelar los términos del contrato con la top model y anunciado este fin de semana. “Los contratos cosméticos son tan raros como codiciados”, dice Sara Ziff, del sindicato de modelos Model Alliance.
Estée Lauder, que busca dinamizar su crecimiento y sus ventas a través de un público más joven, no oculta sus intenciones: Kendall “es la Instagirl (chica Instagram) por excelencia”, explica Jane Hertzmark Hudis, a la cabeza de la estrategia de la marca.
Kendall suma 32.3 millones de “seguidores” (no necesariamente diferentes personas) en su distintas redes sociales: 15.9 millones están en Instagram, 9.1 en Twitter y 7.3 en Facebook.
Para Estée Lauder, Kendall “representa toda una nueva generación de mujeres que viven, respiran e intercambian sobre la belleza, la moda y la vida 24 horas al día, siete días a la semana”.
La estadounidense comienza a desarrollar su carrera como modelo en casas como Chanel y Balmain en París, Dolce & Gabbana y Fendi en Milán y Donna Karan o Tommy Hilfiger en Nueva York.
La casa francesa Givenchy la contrató para una campaña corporativa y la revista Vogue, dirigida por la exigente Anna Wintour, le regaló una primera consagración con 13 páginas en su edición de diciembre.
Pero la hermana pequeña de Kim Kardashian y cuñada del rapero Kanye West insiste: “Trabajé duro por esto. No es como si todo me hubiese llegado por arte de magia en un plató”, explicó en una entrevista en la cadena de televisión ABC.